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Mostrando las entradas de febrero, 2025

Qué ganen los buenos.

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  No vas tú por el río: es el río el que anda detrás de ti, buscando en ti el reflejo, mirándose en tu espalda Por aquí pasa un río. Ángel Gonzalez. Pic by Jean :) Vengo cargando el sol ese lobo sol desde Sonora que me pediste traer para sembrar en tus manos un único sitio en semilla nosotros   Si me vieras por adentro me verías achicharrado Ya por fuera lo encorvado se me nota pero a ti te gusta el día el azul del horizonte los abismos de montaña los abuelos que se ríen los chiquillos en pelotas en los patios las gentes que salen a barrer las banquetas las mesas bajo los arcos en las plazas centrales las canoas que se esperan entre el agua y la tierra   Entonces por más que me queme y lo mucho que pesa sigo cargando el sol y aunque te he confundido y aunque me ha costado la burla te encontraré mi amor   Con esa cara tuya de no haber sido tú quien se ha robado la plata Me pensaras más bien simple ...

Ni olvido ni perdón.

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  son los celos, la envidia, el asco al hombre, mi semejante aborrecible, como yo corrompido y sin remedio, mi querido hermano y parigual en la desgracia. Carta sin despedida. Ángel Gonzalez. De ninguna equivocación se vuelve. Es en lo que coincido con mi estado de ánimo. De seguir insistiendo en mejorar perdería la sensibilidad en las pocas zonas erógenas que me sirven todavía. Pude haberlo hecho mejor en miles de ocasiones y no lo hice. Mucha gente a la que quise ¿Qué pensó de todo aquello que una vez les prometí y no cumplí? Tal vez estaba enojado, tal vez tuve miedo, soy un cobarde y tal vez no pude resistir un impulso. Tal vez me cegué por la lógica de algún slogan que escuché por la radio y después ratificaron en televisión “tú te lo mereces Lo mejor”. Simplemente no pensé que pensar exclusivamente en mí me impondría esta sensación de rabia y soledad; pero me sobrevivo, cada día me sobrevivo y no paso por alto que eso no es cualquier cosa. Me tiro las cartas que teng...

De acuerdo a las nubes.

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  (Escucho tu silencio.                               Oigo constelaciones: existes.                                Creo en ti.                                               Eres.                                                  Me ...

Messi Vs el estado de impaciencia global.

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  Yo comprendo: he vivido un año más, y eso es muy duro. ¡Mover el corazón todos los días casi cien veces por minuto! Yo lo noto: cómo me voy volviendo. Angel Gonzalez.   Viernes. Leo y la prensa. Busco y en ningún apartado la paz mundial. No treguas, no peace, no party. Contrario, enemigos, rivales, ajenos… vamos a otro día de todos contra todos ¡Come on! De estar en guerra contra el que fui antes, contra el que soy ahora y contra el que seré mañana. Quizá por el miedo, quizá por el café de cuatro dólares (México-Puebla) que me han tenido que invitar porque mi cuenta bancaria tiene punto cero tres centavos (gracias Torete, gracia Chichi) ¿Necesito todo lo que se ha perdido en las mesas de apuestas de las madrugadas? Te diría que sí, claro. Están por verse las medallas por ganar y mi uniforme de derrota. Algunas cosas perdí que me servirían ahora. Me caigo de culo, me doy cuenta de que las cincos intenciones que malabareo se han roto. Sin embargo, no estoy diciendo que ...

Sonríe.

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  Nunca hubo ningún almendro en flor en aquel solar inmundo, gruñó la monja con una mueca persistente y resentida: nunca, que yo sepa. Le ocurría al celador, explicó, algo así como si hubiese llovido mucho en su memoria y sufriera corrimientos de tierra: este famoso almendro (…) tu memoria lo ha transplantado y lo mismo haces con las personas y con todo lo que hicimos y hablamos. Si te dicen que caí. Juan Marsé. ¿La calle? Pues eso, la calle… sí, la calle es la calle. Igual que la luna es la luna. Te lo explicaría; pero es que no lo vas a entender. Eres tan ingenuo que me das ternura. A ti te parece una obviedad; pero no lo entiendes. Te aseguro que no lo entiendes. Para que te des una idea ni siquiera para mí está claro; pero sí lo entiendo. Quizá te contaron que en la calle pasan cosas como en West Side Story; pero no es del todo exacto. Más exacto sería decir que en West Side Story pasan algunas cosas que han pasado en la calle ¿Quieres que te cuente la calle? ¿Y yo quien soy,...

Pisando el lodo que dejó la lluvia.

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  Dispara el cazador un tiro en el bosque, cae su presa y él corre a cobrarla. Su bota tropieza con un hormiguero de dos pies de altura, destruye la vivienda de las hormigas, las esparce a lo lejos, a éstas y a sus huevos...Ni siquiera las más filósofas de las hormigas llegarán nunca a comprender lo que fue aquel cuerpo negro, inmenso, terrible -la bota del cazador- que de repente invadió su habitáculo con rapidez increíble, precedido de un estruendo espantoso y acompañado de chispas de un fuego rojizo...Así son la muerte, la vida, la eternidad; cosas muy sencillas para quien tuviera órganos capaces de concebirlas... Rojo y Negro. Stendhal No debería escribir tanto. Me está entrando la vergüenza. Sé que si Yo leyera lo que Yo escribo pensaría que estoy desesperado y al final –como dice Pamela, me he convertido en lo que juré combatir: esos tipos que cada oración la inician diciendo “Yo”. A ver si al menos termino esta vez sin justificarme. Siempre me justifico. A veces también cu...

Humilde y no un miserable.

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  Cada vez que me sorprendo poniendo una boca triste; cada vez que en mi alma hay un nuevo noviembre húmedo y lluvioso; cada vez que me encuentro parándome sin querer ante las tiendas de ataúdes; y, especialmente, cada vez que la hipocondría me domina de tal modo que hace falta un recio principio moral para impedirme salir a la calle con toda deliberación a derribar metódicamente el sombrero a los transeúntes, entonces, entiendo que es más que hora de hacerme a la mar tan pronto como pueda. Es mi sustituto de la pistola y la bala. Catón se arroja sobre su espada, haciendo aspavientos filosóficos; yo me embarco pacíficamente. No hay en ello nada sorprendente. Si bien lo miran, no hay nadie que no experimente, en alguna ocasión u otra, y en más o menos grado, sentimientos análogos a los míos respecto del océano. Moby Dick. Herman Melville. Y bueno, Paloma ¿Qué sabré yo? Ayer he andado en modo flâneur más de doce kilómetros. Con la dudosa intención de olvidar cierto tipo de agobios ...

[…] he was too pure for this world.”

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  “aquí yace Bob Dylan, asesinado por la espalda por carne temblorosa que, después de ser rechazada por Lázaro, saltó encima de él por soledad, pero quedó maravillada al descubrir que él era ya un tranvía & ése fue exactamente el fin de Bob Dylan ahora yace en el salón de belleza de la Srta. Realmente que descanse en paz su alma & su grosería dos hermanos & el chico de una tía desnuda que se parece a Jesucristo pueden compartir ahora los restos de su enfermedad & sus números de teléfono no hay fuerza para dar – ahora todo el mundo puede recuperarla” Tarántula. Bob Dylan. Avanza la mañana. En pleno febrero se acalora y aunque soy capaz de perder una hora viendo cómo cambian los números en el marcador de la pantalla… no soy capaz de insertarme en el día. Esta madrugada, apenas he cerrado los ojos, ya he presentido la ambivalencia de toda compañía.  Me he viciado de pesadillas sin haber podido dormir. Hice del techo un fondo de pantalla oscuro en el que ahora s...

La sed.

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  Temblaba con todo su cuerpo, suavemente, sin apenas darse cuenta. No había perdido la conciencia, pero los pensamientos no acertaban ya a circular por los circuitos de su cerebro, invadidos por el hielo. Una semana en la nieve. Emmanuel Carrere. Ha llovido toda la noche. Lo sé porque mi primer pensamiento ha sido que tengo sed. Me incorporo de la cama y al bajar mis pies, el suelo está mojado. Tengo sed. No importa, saldré de la habitación y bajando las escaleras encontraré la estantería en la que descansa la jarra con agua. Estoy totalmente desnudo. No es usual. Suelo dormir con calzoncillos y una camiseta vieja del Real Sporting de Gijón. Recuerdo eso; pero no recuerdo de dónde ha salido. Siento que mi cuerpo ha sido tocado durante la noche; pero igual que con la camiseta no recuerdo más. Tengo sed. Todavía es de noche. De hecho es muy de madrugada. Mi teléfono móvil no está. Debí dejarlo dentro de la chaqueta que colgué del perchero en la sala. Si es que eso realmente pasó. ...