Messi Vs el estado de impaciencia global.
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!
Yo lo noto: cómo me voy volviendo. Angel Gonzalez.
Viernes. Leo y
la prensa. Busco y en ningún apartado la paz mundial. No treguas, no peace, no
party. Contrario, enemigos, rivales, ajenos… vamos a otro día de todos contra
todos ¡Come on! De estar en guerra contra el que fui antes, contra el que soy
ahora y contra el que seré mañana. Quizá por el miedo, quizá por el café de
cuatro dólares (México-Puebla) que me han tenido que invitar porque mi cuenta
bancaria tiene punto cero tres centavos (gracias Torete, gracia Chichi) ¿Necesito
todo lo que se ha perdido en las mesas de apuestas de las madrugadas? Te diría que
sí, claro. Están por verse las medallas por ganar y mi uniforme de derrota. Algunas
cosas perdí que me servirían ahora. Me caigo de culo, me doy cuenta de que las
cincos intenciones que malabareo se han roto. Sin embargo, no estoy diciendo
que lo perdí sino que se perdieron en el afán de su trama. Tal vez, de algún modo,
voy a aceptar la oportunidad de meterme entre las olas, para salir con el
cabello mojado en sal. Porque la playa ya es algo que una vez no me gustó y he
decidido que todavía no existe. Se sigue quemando todo eso que lleva siglos en
el fuego, entre ceniza y ardor. La libertad ¿Qué es hoy y para quién? ¿De quién
defiendo mi voluntad de volver y volver a sentir emoción porque viven, en su canción,
mis recuerdos? Me eriza la piel el
camino, este estado de ánimo me intenciona. Ayer leí una frase que me ha dejado
pensando ¿Cómo plantearme la vida con una
enfermedad mental? No quiero ofender a nadie. Cerati dijo con su singular
ternura sexy y universal “no puedo
competir con la real locura…” Entonces, dada la magnitud de lo que puede
llegar a doler y duele ¿Cómo plantearme la vida sin estar enfermo? ¿Qué te consuela
a ti? Hay distintos tipos de alivio, qué todo esto terminará por perderse y no
significará nada, para nadie, es uno de ellos. Ahora que todo el mundo lleva
una bomba nuclear en el bolsillo a modo de coqueteo. Ahora que es tan fácil declararnos
dignos e indignados, protestar y
volvernos la mirada en el espejo sin más arrepentimiento que el de no tener más
tiempo, para seguir jodiendo al otro (a mi). Hoy no sería este día y ya
lo es, de nuevo. No tengo calma suficiente, para parar mis manos y no
escribir. Podría escribir dormido sino fuera por el insomnio. Es el día de la
marmota. Antes no lo supe; pero fue para esta semana que no termina nunca, que le
dediqué aquel libro a Bill Murray. Lo llamé 33 ejercicios de maquillaje por
Omar Alej. Empezó como un chiste que nadie entendía, hoy soy yo tomando acciones
legales contra Mr. Holmes por nunca haber usado una máscara. Ah, sí… la prensa.
Hoy sí, Ciudad Obregón es la quinta ciudad más peligrosa del mundo. Ahí nací
yo. Habían pasado más de veinte años cuando regresé y un poco cada día pienso
en lo que eso significa ¿Fue aquel sol a punto de caer? ¿Fueron acaso los ríos
sin vuelta atrás y sin echarme de menos, mojando en los pies de otros, en las
manos de otros, en el pecho de otros, en la juventud de otros? Por eso me
alivia, al mismo tiempo, la certeza de que nada tiene sentido y de que todos
los ríos, ninguno volverá. Sigo leyendo y es como si esperara encontrar un artículo
con un encabezado que dice “Para beneplácito
de Omar se empezaran a poner en practica a nivel global las palabras de Nicolas
Gomez Davila: El primer paso de la sabiduría está en admitir, con buen humor,
que nuestras ideas no tienen por qué interesar a nadie. Aún cuando la humildad
no nos salvara del infierno en todo caso nos salva del ridículo.”
Y no sé los demás y no sé el chico en Lima o
la mujer en Maracaibo, leyendo las mismas noticias, qué estén pensando. Pensar
de forma abstracta en lo que piensan las personas, es lo que se dice ¿Perdón? ¿Empatía?
Ignorancia. Yo sí, nada que decir al respecto. Y no me cuentes todas las
palabras que tengo que poner, son más de ochocientas, para decir que no tengo
nada que decir al respecto. Siempre trabaja más el más flojo. Porque tienes
razón y la gente que tiene razón corre mucho peligro hoy en día, según leo; pero
Messi todavía marca. Recibe con el pecho, la pelota se hace seda que resbala
hasta su pie izquierdo, gira la cadera recortando a la derecha, es como por
arte de magia… como un bailarín avanza sobre sus propios pasos mágicos ¿Qué me
importa ya el juez y los fiscales y el jurado y la condena? Sobre la tierra,
bajo la tierra, este latido seguirá siendo de todos los mundos posibles. En cambio,
Messi todavía marca. La pelota lo guía “con la derecha Leo, con la derecha…
veras que el portero no llega” y el portero no llega. La pelota girando sigue
en los ojos de Leo y en ella hay un recado de Leo a la red: “Hola, Guapa. Te he
echado de menos.” ¿Qué no es Barcelona? ¿Qué le han regalado un mundial? ¿Qué
los defensa le abren el campo? ¿Qué el nivel de esta liga es menor? ¿Y qué no tiene
los 924 goles de Cristiano Ronaldo? Mire usted, no tengo los datos conmigo;
pero casi estoy seguro de que eso a la pelota no le llega, no se entera y si la
pelota pudiera se volvería de piedra infectada por ese estado de ansiedad. No queda
mucho, todas las grandes batallas que vencimos fueron en contra de algo más;
pero contra nosotros mismos seremos los mismos derrotados de siempre; pero
Messi todavía marca. Me ilusiona poder echarme a llorar viendo la repetición de
sus goles en bucle.
Omar Alej.
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