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Mostrando las entradas de julio, 2022

Mirada de una mosca.

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  Calma, calma, calma. Todo iba tan despacio.     La montaña liberaba a la luna, como una burbuja que no pudiese contener por más tiempo, de mala gana y con dolor.     Ese verano, Breavman tenía el extraño sentimiento de que el tiempo estaba aminorando su velocidad.     Era como una película, y la manivela de la cámara giraba lenta, cada vez más lentamente. El juego favorito. Leonard Cohen. He visto una nube en el bosque y su morfología era audaz a nivel camaleón alado y pantera invisible    El bosque quedó adentro de una gota de lluvia recién caída de un cable de alta tensión   El agua tenía el sabor de mi piel cuando duermo y probé de mi piel con cubiertos de sol Al cortarme tostaban la herida y en la cicatriz florecía una flor que a su vez era un mapa Seguía también suspendido en el gas de millares de ranas croando mi nombre digna tonalidad de un fresco domingo en la vida de Giacomo Puccini     No estaba de acuerdo en lo que era incierto porque cua

Feliz de vuelta.

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 En mi casa, cualquiera de nosotros, teníamos soluciones para todo. Si yo tengo un mal día, todavía, un buen polvo me lo mejora; pero no porque eso funcione conmigo es la recomendación que le daría a un adolescente que sufre porque siente que nadie lo quiere. Eso es lo que menos he disfrutado de cualquier relación que he tenido, mis acciones les eran totalmente indiferentes hasta que hacía algo con lo que no estaban de acuerdo. Que alguien verdaderamente se alegrara porque yo estaba alegre se habría considerado fanatismo. Reflexiones. Lourdes Lulúk.  A veces no hay siempre y el nunca es más claro La ciudad se agranda hacia adentro o derrama hacia afuera su centro Se vuelve un gran acto pero en ningún modo se siente segura Mañana al medio día por la tarde y por la noche la altura reprime los vuelos   y los cables pelados en las calles chispean babas de aves parlantes Ves todo torcido mordido por molares de no sé qué dios sin amigos y bueno lo pienso :

Quien viene del agua.

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  Abel y yo discutíamos por los sí y por los no. Nos encarábamos con preguntas sobre si algo estaba bien o estaba mal; pero no nos preguntábamos si aquello era amor o era otra cosa. No préstamos atención a si lo nuestro nos había cambiado, como aquellas canciones que escuchamos de pequeños y que forman parte de lo que somos. El amor en un momento es un regalo y a los minutos ya es una tragedia; pero no es por el amor. Pasar de ser “la que buscaba” a ser “la que ya tenía” fue una postura idiota.   Reflexiones. Lourdes Lulúk. Como si una canción que hipnotiza a sirena y marino se tornara en materia y tomara tus ojos con dos pinzas de miel y mercurio y las diera de vueltas a las cosas que han sido   Así siguen sus dudas   sobre tus reproches hasta hacerte sentir que en la vida hay rencores   que al vivir lo diluyen que le quitan sabor al color el perfume al sonido y a los tactos los privan de rozar las ternuras  de la selva sobre la mesa  en un lirio   Entonces declaran liquido el orden

La fábula de Diente de león.

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  ¿Por qué no iba a sentirme orgullosa de todas las veces que mis amores salieron mal? Sentirme orgullosa no es sentirme bien. No se trata de haber aprendido de mis errores tampoco. Creo que haber cometido el error de querer capturar lo momentáneo de mis historias de pasión, es también mi humilde aportación a la teoría más sólida de todas: El único sentido de mi vida es el placer de sentirme viva a veces. Aunque sé que podría haber más, lo desconozco. Reflexiones. Lourdes Lulúk. ¿ Te tienes que ir ? le pregunté y apenas inmóvil Diente de león me respondió :   Todavía siendo un niño ya las ninfas me miraban con deseo Me buscaban las cosquillas las estrellas impactadas en los lagos que reflejan horizontes a los ciegos   Mesdemoiselles me dejaban sus recados que las busque aquí en la tierra labio a labio con la vida y sin perderme de la vista de las musas del parnaso que escribieron que yo fuera el preferido de los vientos y llevado entre sus brazos

Consciencia de clase.

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    «Esas cosas pasan», dijo Breavman, y la banalidad aplastó en un murmullo la última palabra.     Lisa hablaba y sorbía lentamente la bebida sin que desapareciera la serenidad que había traído con ella. Breavman sabía que, junto con sus cosas preciosas, se había dejado en casa las emociones. Ella sabía que estas cosas pasan, sabía que todo pasa. ¿Y qué? El juego favorito. Leonard Cohen. Sé que quieres que no nuble la canción que se avecina y lo hago mal   Sé que buscas encontrarme en la cañada y que me hunda en esas aguas donde el sol corta el calor para mojar la luz celeste de los ángeles bajitos pero enfermo de las sombras de demonios que a mi sombra van atados y si digo que te sigo   es que me alejo   como si el humo de la tierra me absorbiera     Yo también he fantaseado con el rostro de la actriz en la revista que te dice que te pintes color rojo la mirada que me borres desde un guiño de tinieblas   También me quedo a verte con el chico