Quien viene del agua.
Abel y yo discutíamos por los sí y por los no.
Nos encarábamos con preguntas sobre si algo estaba bien o estaba mal; pero no
nos preguntábamos si aquello era amor o era otra cosa. No préstamos atención a
si lo nuestro nos había cambiado, como aquellas canciones que escuchamos de
pequeños y que forman parte de lo que somos. El amor en un momento es un regalo
y a los minutos ya es una tragedia; pero no es por el amor. Pasar de ser “la
que buscaba” a ser “la que ya tenía” fue una postura idiota.
Reflexiones. Lourdes
Lulúk.
Como si una
canción
que hipnotiza
a sirena y marino
se tornara
en materia
y tomara
tus ojos
con dos
pinzas de miel y mercurio
y las diera
de vueltas
a las cosas
que han sido
Así siguen
sus dudas
sobre tus
reproches
hasta
hacerte sentir
que en la
vida hay rencores
que al
vivir lo diluyen
que le
quitan sabor al color
el perfume
al sonido
y a los
tactos los privan
de rozar
las ternuras
de la
selva sobre la mesa
en un lirio
Entonces declaran
parece que
el tiempo no es tiempo
ni atrás ni
adelante
ni siquiera morir es aquí
Las levedades
se hunden en la densidad
y no se podrían
distinguir de una colisión
o de un rastro
de baba después de una siesta
Así nos
sucede
con quien
viene del agua
Lo mismo te
roba la angustia
que te convida
a una prisa
Y sonríe y
se ala
y su voz
son martillos
que moldean
de grito y susurro
palabras que son algodón y son seda
Son un
cuento de críos
que los
niños cuentan a los viejos
Son cuando
el túnel se rompe
porque respiramos
la sangre
que en el
dolor se erosiona
hasta que insiste en las sombras
Tienen nombres
privados
como el azúcar
y el vino
No se
prodigan en actos
de más
escalas que el campo
Son lo
sencillo y complejo
de los
caminos abiertos
que nos
conducen al norte
Así es
quien viene del agua
Alguna vez
me miró su mirada
Alguna vez
me salvó del mareo
que me
produce estar solo
si hace
calor y hace hambre
Me daba
tanto que fuimos
a dónde aún
no había nada
Como la
lluvia cesó
sin más
aviso que irse en silencio
Uno los
quiere cautivos
dándole riego
al amor
en voluptuoso
deseo
pero su
hacer es el otro
el de un
tsunami que borra
lo que no
debe ser nuestro
porque nosotros
no somos
más
duraderos que un rayo
Así es
quien viene del agua
Puede al vapor
remonta el rio
y estremece el iceberg.
Omar Alej.
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