Mirada de una mosca.
Calma, calma, calma.
Todo iba tan despacio.
La montaña liberaba a la luna, como una burbuja que no
pudiese contener por más tiempo, de mala gana y con dolor.
Ese verano, Breavman tenía el extraño sentimiento de
que el tiempo estaba aminorando su velocidad.
Era como una película, y la manivela de la cámara
giraba lenta, cada vez más lentamente.
El juego favorito. Leonard Cohen.
He visto
una nube en el bosque
y su morfología
era audaz
a nivel camaleón
alado y pantera invisible
El bosque
quedó adentro de una gota de lluvia
recién caída
de un cable de alta tensión
El agua
tenía el sabor de mi piel cuando duermo
y probé de
mi piel con cubiertos de sol
Al cortarme
tostaban la herida
y en la
cicatriz florecía una flor que a su vez era un mapa
Seguía
también suspendido en el gas
de millares
de ranas croando mi nombre
digna
tonalidad de un fresco domingo en la vida de Giacomo Puccini
No estaba
de acuerdo en lo que era incierto
porque cuando
tienes noches sin dormir como sueños
nada es más
cierto
que un
rinoceronte viendo Porco
Rosso
recostado
en el tapete color rayos de uvas
que recubre
la superficie cuántica-alternativa
de una
laguna postrada dentro de un viejo baúl
hecho con
tapas de coca cola zero
Casi cierro
los ojos y duermo
para
siempre
por un rato
una siesta
en un catre
colocado
dentro de un
agujero de gusano en una manzana
pero una
vez que he visto una nube en el bosque
sobre todo
cuando el bosque está siendo
no más que
un producto de mi imaginación
y yo no
estoy ahí
no he
vuelto a ser el mismo de antes
Los latidos
si no son los mismos de antes
tampoco son
los mismos que debían de ser mañana
Entonces
tomé mi cerveza
del río de
cerveza que mojaba mis pies
con decoro
de león sin coraje
y con su
corriente llegué hasta el desierto
en el que
se bañan las ancianas más sensuales
desde que
las comadrejas fueron convertidas en comadrejas
Me resulta
imposible describir lo imposible de describir
lo que
siento por dentro cuando soy estirado
desde cada
extremidad
por las
probabilidades
Quizá tenga
sentido en el lenguaje de las especies extintas
De momento salir
de esta fiesta de rocas
en la que
soy el banquete no me endurece
y me exige
ternura si quiero entender
por qué
cuando lloro hasta quedarme dormido
mi llanto
se vuelve una nube en el bosque desde la que vuelvo
a contarme
cuentos que me hagan soñar tras la mirada de una mosca
Palpo si en
mi tengo un rastro de allá
¿ De dónde
viene el camino de olas
por el que
me iré ?
Omar Alej.
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