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Mostrando las entradas de mayo, 2023

Quizá por eso.

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  […] fueron borrándole vocales, fueron matándole sílabas y suspiros, la arrugaron e hicieron un pequeño paquete, que destinaron cuidadosamente a sus desvanes, a sus cementerios, luego se retiraron, uno a uno, enfurecidos hasta la locura porque no fui bastante popular para ellos, o impregnados de dulce menosprecio, por mi ordinaria falta de tinieblas. Oda a la crítica. Pablo Neruda. Yo era un niño poeta sentado en mi costa que era una banqueta que daba de frente al asfalto quebrado que espera por tardes de charcos     Pulsaba palabras en alrededores como si la vida fuera de ese instante ya no fuera vida   Las flores Las nubes Las lluvias Los parques Los juegos Los portales Las sillas Las frutas   El sol La comida Las alas Las telas Los perros Los gatos La dicha Los llantos La miel Los limones Las cartas de la lotería Mi madre Los patios La escuela Los libros Las chicas Los hombres Las fiebres y las fracturas Se podían dejar e

Versión (de versiones Del amor después del amor)

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  Es como un mar, y como al mar, la huella de erosión y de azar llama a desearla allí, donde ficticia es real, y es bella: tras la verdad de la ficción de amarla. Versión (de versiones sobre el mar). Rodolfo Fogwill. Yo lo sé lo que perdiste Érase una vez aquel olor de las mañanas en naranja y con la brisa de los pájaros del agua   Qué es muy duro no seguir entre las nubes con la voz de Dios dictándote las líneas de tus manos Yo lo sé   Pero en nada está el abrazo que te falta si te falta porque no quieres soltarte pero en nadie está la luz que se ha perdido si se pierde al señalar lo que no ves     Solo queda continuar para inventar en otro día con los labios y los ojos que escaparon de tus besos y tu vista el fragor del nuevo mundo El que viene si el amor es secuestrado por las sombras y las lágrimas de un árbol frente al fuego   Yo lo sé lo que perdiste también sé de un hombre solo que ya nunca lo sintió ni la canción

Tan discreto como Biggie.

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  Riámonos del Rey. De su fealdad. De su fatalidad. De Su Graciosa Realidad. La realidad es un ensueño compartido. Llamado por los malos poetas. Rodolfo Fogwill. De camino a los abastos dos extraños se conocen de sus vidas de después las de mañana   Es cumpleaños de alguien más y están a punto de cumplir con el dictado de palabras   al desnudo bajo el agua de los mares por encima de las nubes de los cielos entre el oro y el jengibre   contenidas en burbujas de sonido incandescente   Te lo cuento porque sé que tú lo sabes y que eres tan discreto como Biggie en cada beat de la east coast Al nacer no se termina con la nada se completa con el todo es una flor y una sequia Así estamos otra vez siendo mayo veinticuatro con las cartas en las mangas y jugando al domino de los ahorcados Ciertamente divertidos al mirar que las heridas se tornaron cicatrices con la forma de una pluma en movimiento   Te querré hasta que el amor

Con Madre.

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  “Sus brazos estaban ardiendo, se lanzó fuera y rodó sobre el suelo mojado. Luego corrió. Nunca miró atrás hacia el fuego. Solo corrió. Corrió hasta que el Sol salió, y no pudo correr más. Cuando el Sol se ocultó, corrió otra vez. Durante cinco días corrió así, hasta que todo signo humano desapareció” Travis Henderson (Harry Dean Stanton) / Paris Texas. Todavía algunas noches me siento en el sueño de haberme escapado y no detenerme y dolerme el pecho Escapar corriendo hasta que el desierto de nuevo en mi piel se me hiciera duro igual al color   que falta en las calles Dolido por mí sin más nada que seguir Padeciendo el sol que arde sin consuelo    pero estoy con Madre   A veces falta más que sal para que el sabor tenga su momento y es como una ola fuera de contexto Donde vivo queda poca gente que no intercambie su dolor por más dolor   Quisiera haber sido antes éste y poder ser el de antes ahora Tengo la sensación de las nubes como

Un momento.

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  Quizá sí quería que lo cumpliera; pero yo solo entendí que quería que dijera que sí lo dije. Sé que no existe el entendimiento. Sé que lo que existe es la idea de que nos hemos entendido. Esa es la primera gran resignación. La segunda gran resignación podría ser cualquier otra cosa. Yo lo amaba, lo cumplí y lo cumplía. De haberle dicho que sí, que se lo había dicho y que por consecuencia tenía que ser así, lo habría… no lo sé. Después sus discusiones fueron por otras cosas con alguien más. Reflexiones. Lourdes Lúluk.   Mi sensación es con este momento Su falta de rúbrica está Sigue encima de mí y me trasciende Más no tengo A este momento diré :   Para siempre Sí Por supuesto Allá vamos Lo haremos Seremos Quedamos Estamos Te tengo y me tienes Lo firme en el sol se afirme en la luna De tanta alegría cumplida la oferta y en pie la demanda Entonces será   Cuanto he visto se ha hecho visible aquí mismo y prosigue     Pero ante mí   brota u

Aristocracia de intemperie.

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  «La clase trabajadora no tiene trabajo, la clase media no tiene medios y la clase alta no tiene clase. Cuando examino de cerca a nuestra jet-set, tengo la tentación de sentarme y escribir El mediocre Gatsby» Millôr Fernandes Fuera del radar que es como se hacen los caminos para irnos   a ritmo de un blues de alambique en zigzag   A donde el ciento volando desciende Donde ningún mapa para ningún tesoro Bajo ninguna circunstancia   Con la gorra de béisbol a expedición Bebiendo de la fuente que nos alarma en el alma ya que el alma se desprende   en las respuestas   Idos sin mirada para el brillo que se eleva simulando que es el oro cuando es cobre en el cartel espiritual del horizonte   Mejor hijos sin estigmas de los ángeles silvestres porque al borde de los ríos de cerveza nos perdieron por dormirse contemplando lavar platos y uniformes a los cándidos de espíritu   Más que arcanos los testigos de lo oculto que

También él lo va llorando a Leonard Cohen.

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  Saben, yo estaba destinado a ser un neurocirujano o un guardabosques, o simplemente trabajar en la sastrería de mi familia. Pero en una vieja librería abrí un libro y leí estás líneas: ‘Por el arco de Elvira / voy a verte pasar / para sentir tus muslos / y ponerme a llorar’. Miré la cubierta del libro, estaba escrito por un poeta español llamado Federico García Lorca; por primera vez entendí que existía otro mundo y quise pertenecer a él. Leonard Cohen. Y qué le iba a decir La forma en la que vibra un aeropuerto se parece a una ola No en la orilla donde rompe sino al fondo en la marea Donde empieza   Con las manos que flotaron al llamarnos a través de aquel pasillo siendo fieles al hartazgo Sonrojarnos por sabernos sonrojados e incordiados por saber qué protocolo se activó al adivinarnos en el medio de la gente   Hacía tiempo de las últimas astucias que sentíamos que éramos Los ingenios para no dar por perdidos nuestros días compartidos e