Quizá por eso.
[…] fueron borrándole
vocales,
fueron matándole sílabas y suspiros,
la arrugaron e hicieron un pequeño paquete,
que destinaron cuidadosamente a sus desvanes,
a sus cementerios,
luego se retiraron,
uno a uno,
enfurecidos hasta la locura
porque no fui bastante popular
para ellos,
o impregnados de dulce menosprecio,
por mi ordinaria falta de tinieblas.
Oda a la crítica. Pablo Neruda.
Yo era un
niño poeta
sentado en
mi costa
que era una
banqueta
que daba de
frente al asfalto
quebrado
que espera
por tardes
de charcos
Pulsaba palabras
en alrededores
como si la
vida
fuera de ese instante
ya no fuera
vida
Las flores
Las nubes Las lluvias
Los parques
Los juegos
Los
portales Las sillas Las frutas
El sol La
comida Las alas
Las telas Los
perros Los gatos
La dicha
Los llantos La miel
Los limones
Las cartas
de la lotería
Mi madre
Los patios
La escuela
Los libros Las
chicas Los hombres
Las fiebres
y las fracturas
Se podían dejar
en el alma
y ya nunca
irse
sin remordimiento
ni peaje
Como en
libertad
Salir de la
ley
y entrar al
misterio
con mis dos
hermanas
Romper con
lo puesto
y llevar
los disfraces
de los
extranjeros
Lo soñaba
todo
incluso el
dolor de lo lejos
También el
amor
sin correspondencia
y era muy
feliz
a pesar del
hueco
que tenían las
suelas
de mis dos
zapatos
porque tenía
aquello
y era todo aire
Se multiplicaba
Venía de
los cielos
andaba la
tierra
subía del río
viajaba en
los trenes
se posaba
al lado
de los de
la calle
y en los
grabadores
cantaba canciones
perdía los
partidos
hablaba el
futuro
Un día quería
y al otro
quería no querer
Creía saber
que vendrían
conmigo
los que lo sabían
Pensé que
en los ruidos
de las
ramas rotas
se corría
la voz
¡El niño es
poeta!
Pero no fue
así
Aun con
todo eso
sé que
estoy perdido
Se me reconoce
con un
triste mote
El hombre mentira
Omar Alej.
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