La cosecha
[…] guardaremos silencio
para tomar el pulso a todo lo que existe
y vivir el milagro de cuanto nos rodea,
mientras alguien nos diga,
con una voz de roble,
lo que desde hace siglos
esperamos en vano.
Lo que esperamos. Oliverio Girondo
Se ha
contado en miles de casas
se ha
descrito en los bares
brindando y
llorando a la vez
Y se ha escrito
en libros
y en
paredes y en cartas
que remite
una niña
ilusionada
por si la
fuente del amor
fuera aquella
tinta
que imagina
que le brota
de los sueños
que soñó
recargada en
el cristal de su ventana
Son los
rastros de los de antes
que se
abrieron camino
para que
entrara el sol
y la luna
Hasta donde
tú y yo estamos
aprendiendo
todavía
si nuestra
pregunta
sigue la
duda de entonces
cuando
aparecieron
Y es una repetición
de calles
cuesta arriba
en la mochila
para que un
revisor de billetes
nos expulse
de las estaciones
De las que
salimos propulsados
hasta un
destino desunido
de nuestra
voluntad
por la
misma rebeldía que nosotros
opusimos a
la suerte en el camino
ya escuchando
las arengas de seguir
Aunque estábamos
pensando
en descansar
y celebrar aquel encuentro
con personas
que jamás habíamos visto
La cosecha
nos fue transmitida
en la
tierra regada con huellas
que no se
enquistan
Y se vuelven
en su partida
para mirarnos
pasar brevemente
por la
libertad
Hasta llegar
a decir :
No saber
donde estamos
es de ahí
que se mece la fe
Y uno tiene
que devolverlo
porque de
otra manera
puede ser que
sea tuyo
pero se
pierde en lo oscuro
como una
red en la marea
sin la luz
de los faros
Omar Alej.
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