Entradas

Mostrando las entradas de marzo, 2021

Asaltantes de camiones.

Imagen
 Siempre que le explico lo próximo que quiero hacer Layton me pregunta solemnemente: Leonard, ¿estás seguro de hacer lo incorrecto? Pregunta de Layton. Leonard Cohen.  Justo ahora en el tiempo de velar por no impactar en mi caída de cantar casi sin aire sentado al borde de la cama me tiran me angustian   y en mi angustia me sostienen la mirada la que advierte que de nuevo he consumido… que no fui aquel que dije que sería que he perdido que de nuevo me rompí; pero que en todo ellos también.   Habrán estado alguna vez con el agua de los fregaderos de las calles hasta el cuello sin isla  para un naufragio que va secando en los labios tras los pasos de una danza que servía para lluvia porque no era en nada urgente. Ahora están; pero no están. Tienen cosas por hacer que los apuran deudas pobres que pagar y días largos que acabar para volver al otro día.   Vale. Igual. Más de lo mismo. Esta queja que se enc

Los ayudantes.

Imagen
Bajando hasta los 27 infiernos de mi propia religión mi propia y dulce oscura religión de religión borracha mi rodilla doblada de Poesía mi habito El bar del hotel príncipe Takanawa. Leonard Cohen.  Quien diga que no quien diga que sí miente y no es que yo diga que mentir es mentir; pero nadie lo sabe. No se puede creer que alguien sepa como es que uno llega hora tras hora al vilo de su historia, para acabar de contarla al hacerlo.     Fue imprescindible creer en algo aún más que el destino un desliz de amor propio medirse la fiebre el deseo la pasión el arrojo y la cara. En soledad planeando en momentos sin nada al vacío con huecos húmedos por los que fuga el de antes espacio que ocupa aquel que nunca será.   No hubiera llegado sin haber parado a observar como un avión al pasar vuelve del suelo los ojos y después seguir recordar olvidar   perdonar no decir. No hay nada al respecto que hiciera justici

Esto es simplemente lo que ha pasado.

Imagen
  antes que intentes sólo un gesto con la cabeza o el corazón, todo se ha unido y disgregado en la ventosa oscuridad como el polvo de los muertos. Este lado de la verdad. Dylan Thomas.  Yo no nací. Yo me caí. Es por eso que mi nombre en cualquier lengua viva o muerta en todo idioma libre o preso se pronuncia exactamente igual, Omar, y lo rompen las campanas.   Ante su quiebre fui volando he vuelto volando y ahora estoy volando… la tierra me ciega de sed noto negras raíces a través de la tinta densa; pero florecen en contra brotes de hierro. Toda esta oración   en número y letra lleva días en suspenso hoy se me vierte porqué el dolor en mis brazos… una sima que hoy… un recuerdo de vidrio.   Pero antes he sido arrojado hacia el vuelo por la mente en llamas de mi madre sin nacer también caída escapada, verso de versos de Garcia Lorca.   Yo no nací. Yo me caí. Mi imaginación es un llanto de aves por eso cierr