Carta a La Rosalía.

 

Pero ¡pronto! Que unidos, enlazados,
boca rota de amor y alma mordida,
el tiempo nos encuentre destrozados.

Soneto de la guirnalda de rosas. Federico García Lorca.


Quizá seas tú

Madre

la mujer a la que más le haya escrito

y reenviado

una y otra vez

la única carta

que escribo siempre

a todas las mujeres

que una vez conocí

 

Te lo cuento

no sin vergüenza

por lo que pudieran pensar

Antonia

Milagros o Myrna

para pedirte

que guardes en secreto

que ahora se la escribo a La Rosalía

 

Confiando en que la leerá

y pensará bien de mí

ante la incompasiva manera

de tantos otros de mirarme :

 

Me imagino el olor. Todo el tiempo, me imagino el olor. Tengo noches de dormir y estando dormido, soñando, pensar en cómo recordar a qué huele la ausencia de la ola, cundo esta ya rompió. Gracias por el verano, es noviembre, casi mi cumpleaños y el verano es una hermosa promesa que no hace falta cumplir. Nadie tiene entre sus planes comprometerse a un extraño, lo que uno ansía es encontrarnos con aquellos que de alguna manera conocemos de antes y al mirarnos nos reconocen… siendo optimista, podrás divertirte conmigo al principio, soy re embustero, traicionero, tramposo, faltador a mi palabra, imposible de saber si hablo en serio o lo hago en broma, me ausento y me repliego y amenazo a toda calma.

Tan encantador
Estrella de la sinrazón
Un espejismo
Medalla olímpica de oro al más cabrón

[…] Busco complacerme y no olvidarme de algún modo y me desequilibro al menor esfuerzo, entonces me marchito y desarraigo; culpo a los demás por mi falta de alturas. Una mala mañana me imagino el olor del mundo en llamas. Sin concesión y sin ningún tipo de maridaje, muchas veces toca tragarme como a un resto de bilis después de haberme vomitado. Me aletargo en compromisos que yo no honro e inicio el hermoso gesto del chantaje diciendo que yo quise y ya no quiero. Lo menos que podría decir es que soy egoísta, una perla; pero no es la verdad. Si me ves veras mi canción y mi olor a ausencia de una ola, cuando esta ya rompió, salir de mi mirada a agradecerte por todo y de todo corazón.

Tan solo mi madre, antes, consideró que esta suma de miserias resultaba en un chico ingenuo, tonto y alegre. Nunca lo ha dicho, quizás decir que lo consideró reafirme que soy un mentiroso; pero ella me guardara el secreto ¿tú lo harás?

Atentamente

Omar Alej. 



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