Yo.

Más raro es ser el hombre que entrelaza
palabras en un cuarto de una casa.

Yo. Jorge Luis Borges.


Todo parece ya

que se revuelve y vuelve a empezar

Lo que antes terminó

figura como un puente

que conecta con un abismo

de papel de picar

pero yo no me muero

ni pienso en morirme

 

Quizás por las sombras

que debajo del sol

se unifican

a modo de tierra en la uña

y hacen marea

hasta dar con el mar

de estrellas

 

Hay algo que no está bien

hay algo que es nunca

los amigos ausentes

y la novias llorando

en un diván de corcho

por las llamadas cargadas

de imágenes paganas

 

Y además

Y también

Y precisamente por eso

hay quien no me perdona todavía

la falta de tacto

que es la mortalidad

 

Me he cortado el cabello

me simulé jubilado

ya sin color en los trazos

que antes pintaba con besos

que se podían oler

en un jardín de flores negras

 

Me falta mucho qué hacer

si no hago más que ir dejando

para luego

volver a ver lo ignorado

 

Te quiero así como nadas

de mariposa

y te echas a llorar

panza arriba

hasta que el agua se sala contigo

 

Y en la inconsistencia de mis relatos

se mezclan hombres y mujeres y dioses

a los que los árbitros apagan

sentimentalmente

al margen de una gotera

que abre el silencio

y es el silencio que empieza

a sollozarse y rendirse

en los escalones de emergencia

 

Pero yo no me muero

ni pienso en morirme

quizá porque todavía

tengo pendiente comprar

un helado de yogurt natural con fresa

cubierto de chocolate

y compartirlo en defensa propia

por si acaso sí existo

y dejo de ser

nada más que un yo sin yo

 

Omar Alej. 


 

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