El mundo es lejos.
¿Cómo esperas comprender, a menos de que bebas
como yo, la hermosura de una anciana de tarasco que juega al dominó a las siete
de la mañana?
Bajo el volcán. Malcolm Lowry
Querida
muchacha
extranjera
en el mundo
de hoy
Entonces
por ti y para ti
revelo un Berlín
de repuesto
en una
suite musical
de palabras
robadas
al ChatGPT
de los años ochenta
Sin lloros
de suerte
occidental
y recién llegado
como un rescatista
en busca
de los de
otra parte del muro
Sin risas
de odio
oriental y
en botón
de
guirnaldas que secan
contra la
pared
de un
mausoleo museo
que es la
necrosis de Europa
Con Bowie
con Lou Reed
con porno e
Iggy Pop
Más techno que
iglesia
más grafiti
que letra
más cuero
que santo
más mío que
tuyo
Münchausen
Cercado por
el fuego en contra
de jardines
que
marchitan en concreto
pero
abierto en la debilidad
de un
pasado
detonando
tanques de memoria
con los
explosivos
momentos de
sueño y de hambre
Vuelve a Berlín
y ya dejas de esperarte
y te abraces
a tus brazos
al sentir en el anden
escalofríos de distancia
Y no te prives de perder
por asentir lo que tú sientes
ante un escaparate
o en mitad de una emboscada
que sugiera que al destino
lo encimaste como a nubes
por encima de los humos
de unas botas industriales
Si el futuro ya no existe
y el presente
ya no es más
que este casual
acto de nadas
para flashes infiltrados
por las sombras
Compra un kebab
justo al borde
donde acota la belleza
la vergüenza que se expande
y desde ahí contra el big
data
Acorazados barquitos de papel
que no se patrocinan
por las huestes del mercado
Sino siendo
en tu dolor una postal de la esperanza
que se traza
cuando avanzas
en pisadas que no se hunden
pues Berlín es donde vemos
que amanece
y otro día es un día nuevo
Omar Alej.

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