No a mí.
“No necesito ningún apoyo, ninguna exhortación ni ninguna compasión, pues, por muy bajo que haya caído, me siento poderoso, duro, feroz… Soy, en efecto, el único ser humano sin esperanza”.
En las cimas de la desesperación. Emil Cioran.
A mí no me
digas que soñaste
con liberar
a las águilas del mar
a los
cóndores del sur
y a los
pterosaurios de piel roca
de estas
leyes en las que firmamos
apenas
rompimos la fuente
que no
podremos volar
ni un
milímetro encima
de la calle
explotando a los bueyes
que aran de
miedo
No a mí
o es que
acaso olvidaste mi histeria
porque soy
el hijo
predilecto
de la
esperanza y la ilusión atómica
la aventura
y el riesgo
Chupé como
una cría de satanás
hasta secar
la teta
dejarla en
sombra
de las
ganas de rebelarme
y ser
posible en el amor
y la
ternura
y me
estrellé
mil veces
mis ímpetus volvieron
sin poder cargar
conmigo
Y ¿ qué fue
?
En pos de
la libertad
que me
atravesó con su daga de hielo
comprada en
un mercado
de algún
país de mierda
asediado
por turismos famélicos
y en
rebajas para jubilados
Me
concentro en la sensación
de las
hormigas
mordisqueando
una parte de mi
que podría
ser mi alma
si no la
hubiese visto abandonarme
como a un
perro en una exposición
de
patéticos autorretratos
de incierto
amigo
aficionado
a torturarlo
a su
defecto
A mí no me
llames
a gritar
desesperaciones en canciones
contra el
despropósito de las bombas nucleares
Perdí mucho
más que la ilusión y el maxilar
cuando
escupí a los pies del más fuerte
juez y
parte y policía
toda
resistencia me abandonó
Se sabe en
la lente
de tu
cámara retorcida
y al que
ridiculizas
¿ Podrías
tú aguantarlo
tan solo un
día totalmente resignado ?
Omar Alej.
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