Pánico.
El nombre de este libro justificaría la
inclusión del príncipe Hamlet, del punto, de la línea, de la superficie, del
hipercubo, de todas las palabras genéricas y, tal vez, de cada uno de nosotros
y de la divinidad. En suma, casi del universo. Nos hemos atenido, sin
embargo, a lo que inmediatamente sugiere la locución "seres imaginarios",
hemos compilado un manual de los extraños entes que ha engendrado, a lo largo
del tiempo y del espacio, la fantasía de los hombres.
Prólogo de El libro de los seres imaginarios. Jorge
Luis Borge.
Sé que el
miedo es real
y no temo a
tener que hablarte
desde el
miedo a uno mismo
Tengo miedo
a tener que arrastrarme
pero puedo
perder
porque solo
seré si es que he sido valiente
Y así es
como se va otro momento
Y desde
otro espacio se figura una puerta
a una tumba
que huele a musgo
y a muerte
Aun con el
miedo a los viajes
y el miedo
a los perros
de ojos
tristes y cansados
Miedo a ese
camino
cuando está
oscuro
a las cinco
A eme
Es decir
que tengo miedo
y que el
miedo ya enliste
cada cosa vulgar
que me
aterroriza
Como los
cables sueltos
de comisión
federal sobre la avenida Tales de Mileto
Y ese miedo
a entender
y no saber cómo
las diferencias entre
resignarme y conformarme
¿ Como fue
que aprendí a sentir
que estar
solo
no es nada
más que una opción
entre tantas
otras ?
Y si todo
este dolor
un día es
realmente dolor
¿ De quién
podré dejarme llevar ?
¿ Acaso
realmente
alguien quiere
a alguien
más que a sí
mismo ?
Me enfrío
de miedo
por enloquecer
y que la
locura
me aleje de
ustedes
A esa
irrealidad
sobre esa
paranoia
Siento pánico
Omar Alej.
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