"Ningún organismo vivo conservaría la cordura durante mucho tiempo, bajo condiciones de realidad absoluta" La maldición de Hill House. Shirley Jackson Me ven aquí y hay quien cree que sabe mi historia porque me ha escuchado contarla: incendié mi casa, me até en la bañera de un motel, dormí en los camiones, me rapé la cabeza al cero como Britney… mentí, fracasé, me arrastré, imploré, lamí, vomité, me embriagué, me vendí y me perdí, sentí todo aquello como amor y tuve que pedir perdón después. He vuelto de más de quince mil trecientas treinta y tres oscuridades. Y al final, doy cuenta de que es todo cosa mía y nada ni nadie más lo sabrá con la misma intuición que yo. Hace algún tiempo. Yo no había nacido todavía. Las guerras no estaban rendidas ante los corrompidos significados de la libertad. Entonces, no diré que con el agua al cuello; pero ante una inminente falta de aire formándose entre el horizonte y yo. Me preocupaba –demasiado, por conceptos de los que –al final y...
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