Tranquilo.
En el frío, murieron
dos fantasmas.
Por un ave, tres
anillos de oro
fueron hallados y
enterrados en la escarcha.
La última voz de un
hombre ensangrentó el viento.
Todos los ángeles
perdieron la vida.
Menos uno, herido,
alicortado.
El ángel superviviente. Rafael Alberti.
Como me
estoy yendo
y a donde
voy
tendré muy
poco espacio
una última
molestia
te daré
Se quedan
tus caricias
y los
restos de mis pieles en ellas
No los
confundas
Todavía son
yo
y no por
haberme ido dejaré de ser sensible
Las promesas
Todas fueron
sembradas
Las veras
dibujadas
entre las
sillas del comedor
Alguna desde
la nevera
un ruido
blanco
Podría
confundirte la cosecha
Si no es lo
prometido
dice Mick
que será lo necesario
Recuerda que
una mañana
al irme a
acostar
ya no tenía
conmigo
el anillo
de compromiso
que me dejó
con una nota
de suicidio
mi primera
esposa
Quizá como
un pedazo de queso
se esté
pudriendo bajo uno
de los dos
tapetes
El maldito
gato traidor
te lo
avisara
seguro
Todos alguna vez pasamos por
esto
No es
divertido
y jode los
planes
de un sábado
a la tarde
Lo sé
y lo siento
Sé que no querrás
que mi colección de revistas
siga ocupando
espacio
Quise quemarlas
antes de irme
pero no me
atreví
Más adelante
cuando lo
creas pertinente
dale a leer
a tu novio
los artículos
de Tom Waits
Él es muy
joven todavía
y no para
siempre
será suficiente
el colágeno
Creo que
más allá de eso
no dejo
nada
Algunos chistes
sobre los
veganos
y los
entusiasta de la trascendencia
han sido de
mal gusto
y me los
llevo
Los olvidaré
en el taxi
Ah
la botella
de tequila
Queda un último
trago
Lo dejo a
tu salud
Afuera el
mundo
ya me está
pidiendo
que ayude
con los quehaceres
Omar Alej.
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