De verdad.
- Una vida interior
intensa se basta a sí misma y podría fundir veinte años de hielo.
VIAJE AL FIN DE LA NOCHE. LOUIS-FERDINAND CÉLINE
Cuando un
niño
Yo quería ser
poeta y ver el mundo
Pasar hambre
y tener frío
Caminar sobre
los charcos
con zapatos
como barcos
en las
calles de Lisboa
Tendría marcas
en el rostro
que me hice
en mil peleas
contra
lobos marineros
por mis
trampas a las cartas
Hablaría con
la voz entrecortada
por la euforia
y la resaca
de Cioran y
de Rimbaud
Tomar vino
enamorarme de
mujeres
y de
hombres
sin carnet
de identidad
ni
privilegios
Vería el
fuego
y quemaría entre
sus llamas
el destino
de la palma de mis manos
Me alzaría
por la noche
a la azotea
y saltaría
y volaría
con mis
alas de poeta
para ver
a través de
las ventanas
la tensión entre
los cuerpos
al desnudo
por la vida
y el espíritu del sexo
Llamaría mis
hermanos
a los
pobres a los locos
a los
presos los borrachos
y a los que
un día perdieron
en el mar
sus esperanzas
de otras
tierras
Me haría polvo
cada noche
Y cada día
de mis
partes de memoria
daría pan a
las palomas
en la plaza
de algún pueblo
del que no
recuerdo el nombre
Qué ilusión
se siente
entonces
Cuando todos
los latidos
llevan sangre
a las palabras
Las primeras
Las que
eran
para hacer
rodar el mundo
en dirección
de los que
fueron condenados
por ser
libres
Y fumar en
los salones
con un
plato de foie gras
de cenicero
Y lo soy
A lado tuyo
amiga mía
Lo soy
Tan de
verdad
como el
Ricardo Reis de Pessoa
usando un
iPhone
Omar Alej.
Comentarios