El amor es karate.

 Cantando me he de morir,

Cantando me han de enterrar,

Y cantando he de llegar

Al pié del Eterno Padre;

Dende el vientre de mi madre

Vine a este mundo a cantar.

El Gaucho Martin Fierro. José Hernandez. 


Ahora que no eres afecta

a las pasiones oscuras

Adulterio

intentando no rozar las letrinas

Como es posible que digas

que antes yo era distinto

 

De qué condena salimos

para sufrir esta calma ?

 

Yo no aprendí del amor

en un colegio privado

con amiguitas coquette

y notas para el anuario

 

Lo que yo sé del amor

solo se aprende perdiendo  

porque el amor es karate

 

Por qué me ves con rencor ?

también se llora sonriendo

No tengo nada que ver

con quien robo aquel verano

ni de las aguas pasadas

soy el que toma el aliento  

 

Me pillan desprevenido

los planes de los vestuarios

para un coctel en Venecia

 

Lo supe el día primero

y en el segundo ya estamos

En tu mirada se alcanza

a ver el fondo de un hombre

si es que ese hombre fui yo

 

Lo que me ves por la espalda

a lo que llamas coraza

son mil puñales clavados

Porque el amor no responde

lo que tú y yo enamoramos

 

Lo que sentimos no era

solo cuestión de bellezas  

Nos repusimos del viento

y la ternura era tanta

que nos cambiamos las piernas

para llegar hasta el punto

en que la ola no azota

porque la mar es un diablo

 

También mis manos son otras

cuando en mi tacto tenía

todas las formas del ave

Jamás te dije mentiras

y que en mi tumba se ponga

que he sido un gran mentiroso

 

Los dos rompimos fronteras

Los dos pisamos las calles

con el pasado en la espalda

y haciendo alarde de un vicio  

que era tan solo una parte

de estarnos volviendo locos

 

No me reproches ahora

si en la ciudad nos conocen

como a los niños perdidos

que un día quemaron sus casas

 

Tú ya no estás para mí

porque las cosas que hicimos

no forman parte del mapa

que encuentra el amor bonito

 

Yo con mis treinta monedas

me compraré cuatro cosas

Una chaqueta de cuero

que mucha falta me hace

y tres modelos muy frías

 

Cuando me echen del bar

me iré pidiendo al camino

que a los que siguen dé el fuego

como el que tú y yo tuvimos

 

Omar Alej. 




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