Cholula.

 

El Hijo del Hombre se marcha a la guerra,
para ganar una corona de oro;
a lo lejos ondea su estandarte rojo como la sangre.
¿Quién sigue sus pasos?

El hombre que pudo ser rey. Rudyard Kipling


Echaré de menos Cholula

La inquietante historia

del hombre que no soñaba

con nada más que despertar

sintiendo besos en la cara

 

Los demonios como flores

cada sábado en los lavaderos del patio

de una casa con paredes de adobe

dando paso a los vendedores de tamales

en el zócalo prístino

 

Las madrugadas que estuve

bajo la luz policial

sin más nada que temer

que de mí mismo

 

Aquel derroche de celos

mirando a través de una reja oxidada

como ella abrazaba

bajo la ropa al Dj

 

La sensualidad de los golpes

que recibí en Interiores

por no querer ignorar

aquellos ocho sujetos

que se jactaban de ser

mucho más hombres que yo

Y como sabes

lo fueron

 

La cortinilla en la luna

sobre la iglesia

a las once  

cuando los perros salían

a convertirse en el parque

en una ganga punk rock  

 

Las barbacoas y el pulque

Los sonideros y cuetes

Las campanadas y ferias  

En el presente las ruinas

de una ilusión de progreso

y sobre el tiempo un caballo

que se dirige al volcán

para volver a ser suyo

 

Locos Pintores

Baristas Cantantes

Drogas de todos colores

Músicas Frutas Chamanes

Esas tertulias

de liebres pájaros y grillos

que se decían poetas

porque sentían que se rompe

con la alegría a los miedos

Como rompen los gatos el ruido

 

Echaré de menos Cholula

Fue donde el tren se detuvo

El que salió de Obregón

Y guardaré una lágrima niña

para esa muerte hecha pueblo  

donde las niñas son brujas

y son los niños hidalgos  

 

La lloraré de cara a las nubes

bajo el testigo del sol

siempre brindando

para que siga encendida  

 

Entre sus calles vi brotes

de aquellas vidas de antes

y se han quedado conmigo

aunque ahora sigan sin mí

 

Omar Alej. 



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