Rock de pueblo (*).
El Sol de la mañana
reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de sangre.
-¿Lo creerás, Ariadna?
-dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendió.
La casa de Asterión. Jorge Luis Borges.
El otro
un niño un
monstruo
un misántropo
un sabio
o uno igual
pero parecido
Empezó por
quitarse la mascara
No es algo
que se haga un día
así nada
más
despojarse de
lo que se iba a ser
Se corre el
riesgo
de quedarse
sin diana y sin tino
y cuando al
fin llega el fin
¿ Quien se
es
cuando no se
el mismo ?
Entró en aquella
casa
creyó aquellas
paredes de hierba una casa
Trabajó en un
pago
como proyeccionista
a cambio de
avanzar
Día con día
le arrancaba
una parte
a su
mascara
y en la
parte arrancada
se dejaba trazos
de la piel
de su rostro
¿ Qué si ya
lo sabía ?
Le dolía
pero cuando
no ha dolido empezar
Preso de la
esperanza siguió
pudo haberse
escondido en la película de los lunes
pero esa
vez
tenía más vergüenza
de arrepentirse
que de
mostrarse tal cual
Nunca se
hubiera enterado
si no es
por aquel mensaje fatal
en una constante
herida
Nunca me
habría enterado
Lo peor
para cualquiera
es ser más de
lo mismo de siempre
Casi se había
olvidado donde se oculta
cuando al
mundo le da por olvidarse
de su rock
de pueblo
Había pasado
tanto tiempo
sin sentir
ganas de no ser
que al
final le costaba los ojos
mirarse al
espejo
Sus cicatrices
lo denunciaron
ante un
reloj en mitad de la noche
y con lo último
de su aliento
la trinchera
es otra vez
Ahora con
barro
su máscara
no era cualquier mascara
pero ahora
con barro
y aquí
Bajo la guía del sol que
desconoce
mis edades
y quien
soy.
Omar Alej.
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