El día ultimo.

 

No me encontrarían distinto del que supieron contemplar,
Sólo más seguro de que aquello que pensaba era verdad.

Hacia mí mismo. Robert Frost.


El día ultimo del mes de abril

cuando la guerra por fin terminó

quedó todo pagado

 

Las facturas del gas y la energía eléctrica

cubiertas al cien por ciento

las ropas nuevas de los nenes

los nuevos y modernos cortes de cabello

además de los tatuajes

como una especie de invocación

a través de distintos puntos de la piel

 

Sin ninguna deuda entonces

sonará música

no deberás ni el beso que me negaste

y no habrá nadie para escuchar

el bis final  

pero ese será el sonido de las cosas

 

Advierto

no creo en los profetas subvencionados

Los muertos no creemos en nada que nos sirva

porque todo aquel que nos diga

como vivir

nos pone a temblar

Tampoco nos fiamos de nadie

que haya comprado por amazon

una copia plástica

de las tablas de la ley de Moises

 

Pero sí habrá música

y sí la habrá porque yo lo he visto

Lo descifre leyendo un artículo

en una revista

que rescaté de las propiedades de Hades

cuando Perséfone me hizo bajar

a su ventana

Sobre sus sabanas se relataba una supernova

y así la escuché

 

Música tocada por las rocas

en el recuerdo de un río

para que se acompañen a bailar

todos los espacios con todos los vacíos

el día último del mes de abril

Cuando ya todos los cumpleaños

fueron celebrados

y anotados en el Dhammapada

que recoge toda rencarnación  

 

Y como ya no hay angustia

y como ya todos los gritos

fuero erigidos

en las copas de los arboles

y las infidelidades

desanudadas de las raíces del mañana

La antimateria de alguno

no perderá la oportunidad

de satisfacer su duda

y dirá una palabra a través de esa música

 

Los poetas son todos apóstoles de la antimateria

por eso todo volverá a empezar de nuevo

como hizo siempre

A partir de una canción

para absolutamente nadie.

 

Omar Alej. 



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