Noche en los parques.
Con Borges, buscamos un
título para el cuento. Por fin elegimos uno que yo propuse, «Pompa y penumbra»,
y que él da vuelta para que suene mejor: «Penumbra y pompa». Releemos y
corregimos el cuento. Borges quiere agregar una frase: «si bien todo se ha detenido,
sigue girando la Gran Rueda del Parque Japonés». Le sugerí que
dedicáramos el cuento a George Bernard Shaw y a H. G. Wells, esos dos
optimistas que murieron persuadidos del naufragio universal, pero no quiso.
Borges. Adolfo Bioy
Casares.
Estos sueños
que yo tengo
en los que
sueño
con amigos
que se fueron
para
hacerse transparentes
en medio de
los colores
Por seguir en
el sonido de su voz
no me
quiero despertar
y llego
tarde
Se abalanzan
los sonidos de la calle
pero duermo
tras mis
ojos bien cerrados
En el sueño
mis amigos
me proponen que me olvide
del amargo
suceder
de ciertas
cosas
Me animan a
tomarme de tu mano
y vayamos algún
parque
a sentarnos
por encima
de la tierra
y platicar
Me
instruyen a mirar tus ojos
para saber
si estás llorando
en algún punto
del pasado
con dolor
de algún amor al terminar
Saben cosas
de los vivos
y debo pedirte
perdón
por los
vidrios rotos en tu mirada
En el
parque Me dicen
Podre hacerte
reír al contarte
todas esas
cosas que ayer hice mal
y que hoy
se me atragantan
En presencia
de los arboles
albares y
pinos
porque también
somos hojas
mecernos
más allá de
las distancias
El viento
que hace en un parque
soplara en dirección
de un nuevo latido
y muchas gracias
por volver
a empezar
desde la
ternura de un sueño conmigo
Saben que sabrás
empujarme a
volar con tu abrazo
deseando en
mi cuerpo deseos de llegar
hasta el río
contigo
Mira si soy
yo
que te lo
sueño y te rozo
con la
misma erección
con la que
te despierto
Vamos a
verlos al parque
Vamos a
hacerles un día de campo
que sirva
de puente y regresen
para curarnos
de espantos
en medio de
tanta gente
Toma mi
mano y camina
Ahora te
encuentro en mis muertos
que mis
amigos ahí siguen
y nos
perdonan por todo
Omar Alej.
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