Carfandillo ( a costa mía )
“¡No era suyo para
poderlo ofrecer! Con un desesperado golpe mental de tirachinas lanzó su sexo
para siempre hacia la noche. No era para podérselo ofrecer al guapo individuo,
aunque los brazos de éste fuesen vigorosos y su propia magia salvática no fuera
despreciable. Y mientras
renunciaba así a la posesión de su carne tuvo conciencia minuciosa de la
inocencia de aquel hombre, un conocimiento somero de la belleza de todos los
rostros que rodeaban las chisporroteantes hogueras del poblado”
Los hermosos vencidos. Leonard Cohen.
Se reían a
costa mía
pero comprendí
que se reían en mi costa
Son los
mismos que una vez aquí cantaban
Pero al
verme ya con ojos doloridos
ahí estaban
mis defectos
mis vacilaciones
y miserias
para usarse
como un blanco natural a sus poderes
los que
ahora son el arte del que escupe al que ha robado
Mi vértigo
mi hipo
mi cara de
temor
mi luna en
brama
son con
gusto un maridaje a sus hazañas personales
y una
prueba de su gloria
Con mi
caspa y mis anillos fantasía
se recrean
Carcajean en su encuentro
lo más lejos
del pasar de los penantes
Si me
llaman perdedor
es porque
ganan al pisarme
Mi mascara
rota por los tifones del azar
en la euforia
de sus rabias recostó
haciendo hueco
a sus rumores
Si era
burla o no lo era
mi vergüenza
junto a ellos
se sintió
despavorida como un perro en el oleaje
Yo tenía
aquellas llagas
amarillas coloradas
y vibrantes
para hacerles
olvidar de lo mal que se sentían
y ahora ríen
en mi costa
Escoció mi desacierto
a sus deseos
y he
quedado retratado
de una forma
tonta y tierna
y feroz y
delicada
como ser un
Carfandillo
Un animal
en la bandera de ningún parte
Omar Alej.
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