Vivo.
Ni elevadas esperanzas,
ni antiguos disgustos,
Ni odios mortales, pueden entrar.
Todo está ahora seguro e inalterable;
Ni los dioses pueden sacudir el Pasado;
Moscas – a la puerta adamantina
Clausurada para siempre.
El pasado. Ralph Waldo Emerson
Últimamente
el viento
es una cerilla con la que arranca todo y buenos días calle arriba
gato negro
grito espanto
monasterio que
cubierto por la hiedra se podría interpretar como a uno mismo con el ansia de sentirse
califato
tiempo erecto
deshilado y dedicado a buscarse las cosquillas entre ombligos de alquiler
vigilia desconsuelo
y contra mí porque no estoy en el reflejo del que obtengo que no soy
se desprende
el mar de vendas y los servicios médicos de la brisa en huelga
canta el
gallo un popurrí de latas vacías arañando en las paredes
alucinación
tan pesada como un fósil de poesías que acabaron entre ellas sumergidas
hay un
centro que está afuera en periferia y marginal
un
compuesto universal que a todos falta
una idea
descarnada que la obvia a la ternura y encapsula la hidalguía de nacer después
que el sol
la sustancia
casi cerca desespera se distancia y amarilla a través de las miradas
sale un
nombre del amor convertido
en algún sitio ya improbable
si te
vienes si te corres te tropiezas de tres formas al unísono
gotas de
lluvia sobre lapidas de desconocidos
son espíritus
sin base ni salón sin más nirvana que dinero en monedas piden algo por bailar
madre mía a
la distancia
un fracaso
entre la fe y los propios dioses
Últimamente
el viento
es una cerilla con la que arranca todo y buenos días calle arriba
Ya siento
distinto al reírme
Poco o nada
qué hacer contra las frustraciones del pasado
Arribo a
estar vivo aun habiendo perdido mucho antes
Omar Alej.
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