Canción de Iglesias.
[…] estoy junto a ti
en medio de este vasto empeño
del deseo y la actividad humana,
ensordecido por el ruido
de mi propio corazón,
retorcido por un apetito
de justicia y de paz,
y te miro a ti […]
No importa. Leonard Cohen.
Para
hacerle los honores
que aun
merece
y pedirle
por favor
que me
recuerde
como andar
sin nada acuestas
Hoy he ido
hasta su misa
Don Roberto
Sentado entre
los cristos
potenciados
como el gore
más radical
Hombro a hombro
con personas
que sabían
ser de usted
bienvenidos
entre sus jardines
Me puse a
pedir
y sentí el
calor
de tener
esperanza
y
posiblemente un alma
que pudiera
ser real
Convencerme
de poder contar conmigo
para
alguien en el mundo
Lo que quise
en ese instante
se hizo un
hito de una fe a contrarreloj :
Un corazón que
se de en libertad
sin temblar
de miedo vergüenza o envidia
un latido
que sin ver de dónde parte
recorra el
flujo de su sangre sin herida
y construya
su ternura desde el frío que contengo
como hacen
los inviernos primaveras
Pedí por
poder entender lo que no entiendo
las vidas
que después de las memorias
me convierten
en olvido
La pasión que
se disipa
y se
transforma en la tormenta
que me
aleja de la costa
Si la
quiero retener en contra suya
qué me
explote con la fuerza de mil soles
que se
hagan mis sentidos la versión
a cualquier
hora
Era un rezo
por querencia
de un pedazo de la fiesta
de las
gentes apenadas
cuando el
otro ya no escucha
y está
lejos
Lleva risa y alegría y consuelo
hasta el punto en el que el aire
se acalambra de calor y de distancia
Lo pedí con
gravedad en un susurro
Me sumí con
devoción en la madera de la banca
deambulaba por
la iglesia una voz
que cantarina
daba al salmo un brillo blanco
como de
agua de los siglos sobre el aire
en el aroma
Y quería pedir
para que todos allá afuera
fueran suyos
y de nadie
Poder verme
en el umbral
de lo que
sigue al sacrificio
pero fui
tan egoísta como siempre
Y pedí por tener
paz
Y pedí por tener
ganas de salir a los encuentros
que el
camino entreteje con el tiempo
Perdonarme
si el cansancio me confunde
y me rindo ante las fuerzas que me faltan
para ser de
otra manera
Omar Alej.
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