Un escritor de los perros.
Antes me veía como una especie de bucanero, enfrentándome a todo el que se me ponía a tiro con un alfanje entre los dientes, pero ahora me veo obligado a reconocer que me engañaba. Esconderme, protegerme, guarecerme, eso es todo lo que realmente he querido siempre, amadrigarme en un lugar de calor uterino y quedarme allí encogido, oculto de la indiferente mirada del sol y de la severa erosión del aire.
El mar. John Banville
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Picture by K.T. |
Y cuando
escribes recuerdas
que quien
lo lea no será
una complicidad
sino una denuncia
Palabra a
palabra te olvidas
de lo que hacía
la verdad
al olvidar
su horizonte en la espera
y te mentiste
al decir
con precisión
el dolor
de las
montañas al sol
sin el
calor de un amigo
Y cuando
escribes recuerdas
Besas la
tarde con ganas
de compartírsela
al mundo
pero no
tienes el arte
de levantarla
del suelo
para grabarla
en los ojos
del que se
acuesta llorando
porque no
tiene memoria
Tampoco
llegas a tiempo
con tu
consuelo en pedazos
para el
temblor de una madre
que vio
partir a sus hijos
en la migración
de los pobres
Y cuando
escribes recuerdas
que donde vives
no vives
ni de
saqueos piratas
ni de amarrarte
a espirales
ni de ese
cuento de ser
un escritor
de los perros
Solo y
gratuito te sueltas
a la
corriente del día
sin aprender
a quererte
y sin
querer que te quieran
por si Saturno
te adopta
Y cuando
escribes recuerdas
Hoy ya
pasaron mil años
de aquel
cometa sin rumbo
Si la
poesía te miró
nunca has
tenido la marca
Sigues jugando
ese juego
el que tú
mismo inventaste
pero reniegas
tu suerte
y no
defiendes tu apuesta
porque perdiste
al ser tú
habiendo
visto Persona
Y cuando
escribes recuerdas
Lo que más
tiempo demanda
regocijarte
en la nada
que es
donde acampa el sentido
y en el sentido
hay penumbras
No derribaste
los muros
por eso no
puedes ver
ni al
cascaron ni a la hormiga
que vive
adentro y debajo
Bailas
desnudo esperando
que la
mañana te nombre
embajador diletante
ante el invierno
más frío
Y cuando
escribes recuerdas
Quieres decir
que no falta
que te
comprendan al irte
pero si
huyes lo haces
para llegar
a saberla
la dirección
de los vientos
y cuando
escribes admites
que no la
sabes
mi amor
Omar Alej.
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