Katelina.
No había nadie más. Ulrica me invitó a su mesa.
Me dijo que le gustaba salir a caminar sola. Recordé una broma de Schopenhauer
y contesté: -A mí también. Podemos salir los dos.
Ulrica. Jorge Luis
Borges.
Como tú
eres de ti
Katelina
y tan solo
sucedes
¿ Y si solo
te veo
y yo no te
interfiero ?
No abrumarte con actos
de pasión
insegura
que te
quiera robar
los caminos
andados
las
ternuras conquistas
que te
humectan la voz
los gemidos
el sueño
y en tu
ombligo el sabor
de cereza
italiana
También
puedo incendiarme
con el
fuego en las letras
de tus
notas ocultas
Tú escribiste
por mí
no podía y
lo sabías
las regaste
las flores
en mi árbol
talado
Parpadeas y
se mueven
de lugar
mis lunares
Si te ríes
no hay
prisa
Hoy reparas
la fuga
de mi
sangre borracha
media noche
me inyectas
y mañana
despiertas
en tu
propia montaña
escuchándolo
a un río
que se adentra
en tus cuevas
y lo dejas
huir porque sabes
que los
ríos se van
pues son
cosas que pasan
Y así sigues
aquí
cuando
dices ahora
y si
apuntas al mundo
me señales
a mi
Katelina
Yo contengo
el aliento
Tu incisivo
inferior amenaza
Se proyecta
tormenta
si en tus cuadros
se ponen
como versos
de Kendrick
el magenta
y granate
que firman
Katelina
Yo me voy a
resguardo
Entro en
modo naufragio
Por lo
pronto te observo
incapaz de
olvidar
qué había en
ese momento
que será
hasta mañana
Por los
siglos de los siglos
de extravío
de la luna
y los
planetas
mi satélite
avanza
mis antenas
transmiten :
Nuestra propia moneda
es pagarnos con bailes
Me sacaste
el corazón
del
paroxismo
y tan
tranquila
tan tus
gatos tus preguntas
y tus modas
pasajeras
que sin ti
no se sostienen
ni serían
Te lo he
dicho
no sin miedo
a la ambición
Mi intención es simplemente
que sucedas
libre arriba
libre abajo y al espacio
y a la roca
y al día triste
cuando toca
Convenir
que nada es mío
y que así
no se interponga
el
artificio
entre el
amor y la esperanza
Katelina
Omar Alej.
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