El salón de la fama de los perdedores.

 “El yo es lo que queda / de la tempestad / de ser uno mismo / y no serlo ya”

Doble fondo. Jaime Siles. 


Entro a casa

y me derrumbo

Mientras tiemblo

carcajeo a ras de suelo del vacío  

Me he vencido

y he vencido junto a mi

a la esperanza de mis tardes  

por más tardes siendo tarde

 

Cien mil días en la calle

tomando de esta tierra  

su núcleo detenido

y el olor a queroseno

 

Todo este desorden es mío

y es mi versión oficial

en canal

de mi cuerpo a tierra

cuando hay luz de incendio  

que trae la memoria  

 

Quisiera ayudarme

e intento explicarme

por qué nadie tiene respuestas a nada

No puedo evitarlo

las causas perdidas

también somos gente  

Todavía me amo con la compasión

del grito de auxilio

porque poco a poco nadie más me ama

He tirado el oro

gastándolo en verbos que no resistieron

 

No sé si han sido muchas

No sé cuánto es demasiado

para alguien más  

Sé que no pueden ser pocas

las veces que me he sentado

al filo de un derrumbe en mi cuarto de baño

tirando cerillas al agujero negro

que tira del sol con mi fuerza  

 

Después desde arriba

en la superficie

con algo más de aire

la vista más limpia

y un horizonte con parches

me pido un café y me condeno

Me alejo de aquellos

a los que he devuelto los golpes

que yo mismo me di

 

Recojo la basura

y trato de hacer orden

porque me escucho crujir

entre corrientes de aire y espasmos

valorando con la escoba y el recogedor

cuanto más de espacio

tiene el salón de la fama de los perdedores

 

Si no hubiera aprendido que darlo todo es imposible

diría que también estuve a cualquier hora  

que junto a mí reventándolo el techo

con las bocinas

estaba también mi otra parte

con los dos brazos abiertos

pero es que al bien lo hace el bien

y al amor lo hace el amor

y no nosotros

los culpables

 

Omar Alej. 



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