La derrota cotidiana.
Un imperio, leí en alguna parte,
se mantiene gracias a
la crueldad de sus prisiones.
Enero. Charles Simic.
No Madre
no estoy
lejos
no es este
el truco en el que me oculto
No me
emborracho dejando de lado
los rastros
del tiempo
Sí lo
siento el corazón
aunque lo
aplace
Si parezco
más alegre que hace horas
con la
carta entre las manos
no es por
vicio
Tú lo sabes
en lo hondo
de nosotros
el
destierro
se hace con
todo lo que nieva
y con todo
lo que hace ruido
También con
el calor de mi mano
sujetando el
vaso frío
Es entonces
simplemente lo que toca
y embriagarme
lo conduce
No Madre
no me
engaño
Sé que habito
en el vacío
que me ha
roto por la fuerza
mi pasión y
mis euforias
mi palabra
y mi ternura
juventudes
y optimismos
No hay un
sol que reconstruya
la ilusión con
la vi Little Miss Sunshine
Fue esa fe
la que me
sigue deshaciendo
como el
rayo de recuerdos
cuando vuelve
a anochecer
y yo me duermo
hasta apagarme
con los sueños
que un día
tuve
Si me
extingo que el final se lleve nada
es lo que
dejo
No Madre
no he gastado
mi fortuna
en desvestirme
de mi origen
No la tuve
ni la tengo
sigo humano
aun más
humano
que la
tierra en la que ves que estoy cavando
Mi consciencia
la de clase
no la
olvido por falsearme en una cena
o en un
viaje de verano
Lo que a mí
me desgobierna
es el rey
de los naufragios
y si quiere
que me bese con el diablo
voy al beso
y le
tributo mi obediencia
No me llevan
soy yo
mismo los caudales
del dolor
por el que vuelvo
a pedir más
A pesar de la derrota
Omar Alej.
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