Esperando el domingo.
Por eso saben mucho
de la felicidad y la
belleza.
No conviene que demos a
estas cosas
un valor excesivo.
Son noventa minutos en
un vaso de agua.
Pero a mí me han
quitado muchas veces la sed.
Domingos por la tarde. Luis García Montero.
Es nostalgia
de ese amor
de un amor jamás
amado
Imagino que
cubre el ambiente
que chispa
en la luz
e ilumina
en los ojos
como el
fuego en turbinas
como la
plata en el río
Yo lo
quiero sentir
aun si
envuelve en su centro
a un amargo
destino
Sentado debajo
de un árbol
estoy esperando
el domingo
tal vez no
es real ese árbol
pero reconozco
la interna inquietud
cuando estoy
bajo ramas de poder
y corre el
viento helado
que
despeina el sur
y se
enmarca en llamas de protestas
Hay millones
de tiempos
dentro de
cada minuto que resta y que falta
Los partes
de guerra
las notas
al pie de la página rota
son hormigas
hoy
que si
vuelves a verlas
mañana serán
serpentinas
en hilos de
voz acudiendo
al sentir
de las nubes
Tengo en mano
aquel libro
No es un
libro real
cuando
llamas en el a tu historia
pero sé que
al leerlo
en el mismo
final el ocaso será
a manos
llenas
Ahora toca
quedarse
Estoy esperando
el domingo
y entre que
la poesía se acaba
y entre que
la poesía resiste
sorbo el
palmo de nariz
que me
aliena al horizonte
como a un
padre borracho
por la mala
suerte
Lo quiero
igual
igual lo
quiero
Es más duro
que esperar
este saber
lo que me espera
Detenido
sin moverme
y sin tener
a donde ir
Sin hablar ni
para adentro
Cada tanto
me reviso las espaldas
para ver si
alguien vigila
como yo su
propia sombra
Solo quiero
asegurarme de llegar
de estar ahí
en ese amor
en el ambiente
( aun si
envuelve en su centro
a un amargo
destino )
Estoy esperando
el domingo
es un acto
de coherencia
si es que
existe en los humanos algo así
Cada día
que he pasado
intentando comprender
que solo un
día dura todo
se
escuchara como los cantos de sirenas
Omar Alej.
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