El presente constante.
En medio de la
selva, el leopardo derriba a una víctima humana, que cae más lentamente que la
torre de Pisa. No llegará al suelo mientras lo estás mirando, ni tampoco si te
vuelves. Está cómodo en su desequilibrio. Hojas y ramas intrincadas sustentan
las figuras ni maligna ni benignamente, sino con naturalidad, como flores o
frutas. Pero no porque su función sea natural disminuye su misterio. ¿Cómo se
han conectado la carne animal y la carne vegetal?
El juego favorito.
Leonard Cohen.
No me anido
en la autoestima
No soy único
ni antiguo ni expectante
Tengo el
amor propio de una cabra
en un peñón
ante el confín de sagitario
Por esta
ilógica tendencia
a
incumplirme como Omar
al no ser
ángel ni demonio
ni siquiera
el que se atreve
a carne y
hueso
me deslindo
de lo que busca adueñarse
o tener
dueño
He sentido por
las nubes
sentimientos
vagabundos
entendí que
nuestra charla estaba viva
y al
girarme a presentarlas
con el rock
del autobús y de los taxis
en la firme
devoción de verlas irse
encontré
que había un anuncio solitario
que llamaba
a mi cabeza a acompañarle
Más del él
hubiera sido
como andar
en el salón
de la
primaria a la que fui
para jugar
con Alejandra
a los
hermanos que se aman en secreto
Al recuerdo
lo pensé
y en algún
sitio eran las diez
y yo a la
diez soy de las diez
y nada más
que de las diez
por más que
sean las tres y media
Entré en el
bar
pedí un
café americano
y con los
ojos en el muro
que sostiene
las postales de Montana
me hacía pistas
de carreras
que perdía
sin ninguna competencia
convertido
en un ligero Appaloosa
El llamado
del latido puso en vilo mis sentidos
y salí
porque había afuera
y seguí por
esa calle que seguía
y toqué
porque tocar le daba lustre
a la
textura
y escuché
porque escuchaba
viento en
torno a los olores
Figuré
algunas figuras
y lloré
porque llorar
no tiene antes
ni después
en un reloj
sin manecillas
No quiero hacer
con la experiencia
No vuelvo idea
el anteayer
ni tengo en tramas al futuro
Veo mi
rostro en el reflejo
y es otro
rostro nada más
igual que
pasa con los sueños
que son del
sol que los calcina
y no son
nuestros
Si una
canción ya no se canta
no es el
amor el que es culpable
ni es el
amante un inocente hecho de espuma
que al entregarse
oscureció
Si alguien amó
no esperó más
como el
vapor de las mañanas
evaporó
sin dejar
rastro
Dicen que
el tiempo deshace
pero para
este momento
soy lo que se
hace en el tiempo
sin ninguna
intervención
ni
trayectoria
El presente
constante
solo ve multiplicar
lo que una vez
y apaciguar
lo que quizá
Omar Alej.
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