El catalejo.

 

Todavía hoy pienso que sería un problema admitirlo. No sé si el resto de las mujeres; pero al menos yo era tan desagradable como los hombres que conocía. Los hombre desagradables –por regla, encontraban en ellos algún tipo de rasgo excepcional que los redimía  y yo no era mejor que ellos. Cuando dejé a Nestor no sabía qué decirle y como él insistía en saber empecé a buscar en el entorno algo, para poder decirle. En un televisor que estaba encendido al fondo de la cocina, la pantalla tenía un aviso “Sin señal” decía, así que eso le dije “lo siento Nestor, estoy sin señal. Dejé de conectar. Ni ouput ni input”. Muy ingenioso de mi parte.

Releflexiones. Lourdes Lulúk.


Esa belleza que yo

El parpadeo de un capullo

Son las glorietas al mando  

rodando silentes

por donde pasa una banda

que es para gente

de cualquier color

Cuando la música suena

desde el local de monedas

dejan que la noche suba

después las luces avisan

una mujer ha olvidado

es lo mejor contra el frío

Hay un olor a libros  

que es en la calle y nos droga

En este sector del subtexto

resulta fácil saberse

alguien que espera a tener

pan mantequilla café

y mermelada

 

Esa belleza que yo

No es lo que hubiera admitido

sin el cabello de James

sin la mirada de Brando

sin la elegancia de Greta

sin los ojos azules de Daltrey

sin la pasión de Alejandra

sin los valores de Patti

sin el saber de Cleopatra

sin el color de la piel de Alain  

sin la quijada de Newman

sin las narices de Bob

sin la palabra de Leonard

y a cuenta del arte

de disfrutar sin ser bello  

sin el salir y llegar de Dolores  

 

Esa belleza que yo

Sigue marcando en mis tardes

cuando el balón lo devuelven

desde aquel patio trasero

y alguien nos grita que vienen

la policía y la noche  

para llevarnos adentro

donde la risa no rompe

ni las ventanas ni el orden

Cabe estar solo y perdido

dentro de un coche patrulla  

lo que no entra es el juego

a vaqueros de barrio que ajustan

a besos

las cuentas con el pasado

a tragos y apuestas las prisas

con el futuro

 

Esa belleza que yo

Habría esperado hasta el último día

mejor seguir siendo

como es de pronto una duda

y no el alquitrán del rumor

de que espacio y tiempo en la luna

son separados a diario

por un antiamor caprichoso  

¿ cómo si fueron caballos de mar ?

Una descarga de suerte

sobre un anillo encontrado

ha confundido a la mente

del bosque

y es por un reino atrapado

Hay terremotos que dan

nada más que lo que prometen

 

Esa belleza que yo

Habría seguido hasta el último día

para no extraerla 

¿ cómo es que me guarda si soy

de la tierra un puño ?

 

Esa belleza que yo

soñé con tener

Esa belleza que yo

acaricié alguna vez

Esa belleza que yo

vi dibujar con carbón

Esa belleza que yo

sentí pasar y acabarme

Esa belleza que yo

quise decir en mi voz

y he terminado callando

Esa belleza que yo

recriminé por ausente

Esa belleza que yo

sé reponiendo juguetes

sobre las vitrinas   

Esa belleza que yo

he señalado porque es

lo que yo sé que es belleza

pero se hace pasar por derrota

Solo la ve el catalejo.

Omar Alej


 


Comentarios

Anónimo dijo…
No sé porque ahora se están desbordando las inseguridades. Tal vez sea que el vestido de pájaros ya no me queda o no sé acomoda como antes. He cambiado y el camino es totalmente nuevo; no perdí el tiempo imaginando esta edad, pero imaginar es lo que nos separa del puente entre lo que no existe pero es real y, un camino no habitado por los recuerdos de quien fuiste. Este lugar, el puente, sólo se encuentra en lo lúdico del tiempo.

Y aquí estoy, parada ante alguien nueva que tiene mi cara con arrugas dibujadas en los ojos, manchas extrañas, unos ojos que a veces en la luz correcta son ámbar. Los pómulos no tan marcados y muchas canas. He nacido hace poco más de dos años y apenas se abrió ese espejo. ¿Quién soy hoy?, ¿qué colores me gustan?

Sabes que ahora te gusta tomar agua, que cantas peor de lo que creías pero es algo que realmente disfrutas. Sigues fumando como un vicio pero no vacío. Las botas que tanto te gustaban sientes que ya no te acomodan, que extrañeza la de tener un estilo. Juzgas más pero eres cada vez más consciente de ello y eso te lleva a preguntarte ciertas cosas.

Te sientes que estás resolviendo varios puzzles en el nuevo ritmo y avanzas pero, ¿hacia dónde? A veces no me importa y lo olvido, voy con el día a día, hora a hora y logro estar ahí, descubriendo. Y el viento me logra llevar en su vaivén, casi flotando...


¿Quién soy? Y para responderme me planteó la que no soy y creo llegar a entender, porque últimamente se me desbordan las inseguridades.

MM
04052021

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