Aquí.
“Despeja tu memoria y
escucha el fuego a tu alrededor. No olvides tu memoria, déjala existir en algún
lugar precioso, en todos los colores que necesita; pero en cualquier otro
lugar, iza tu memoria sobre el Barco del Estado como la vela de un pirata, y
dirígete al presente tintineante. ¿Sabes hacer eso? ¿Sabes ver la Acrópolis
como los indios, que nunca tuvieron una?”
Los Hermosos Vencidos. Leonard Cohen
Son muy
pocas esas cosas
que anhelaba
conseguir
cuando
jugaba ante el espejo
a ser
artista
y ahora son
más de las calles
que de tiendas
de perfumes
o aventuras
Lo que había
por perder
se ha ido
perdiendo
lo encontré
tan solo en
parte
envolviéndolo
al presente
con la piel
de algunas noches
sin reloj en la ternura
El destino fue
un tributo
el camino era
su dueño
y una vez
lo regalé
porque estábamos
mojados
con la
lluvia que hace el ron
y no había nada
más que hiciera falta :
Parecido a
lo que aquí
se está
acabando
A tres pueblos
de mi plato
a mil
tragos de mi vaso
a seis
vidas de distancia
se consigue
como mucho
hacer cama
a los que lloran
un abrazo en
el que tiembla
la esperanza
que se agrieta
en el sediento
hombre perdido
rumbo a
Puebla
Yo lo
pienso
y lo siento
y me
condeno por pensar
que estoy
sintiendo
por encima
de mi piel
aquellos miedos
Estoy seco por
los hombros
y los pies
dentro del agua
Veo el aseo
de las casas
y me
inquieta que la calma
es tan
impropia
como impropio
es este sol
que nos
broncea
pero gracias
Por ahora
esta desgracia
se soporta
Corre un
niño en bañador
y se clava en
la pileta
como un ¡bum!
sobre el color
de algunas
frutas
Hay tres viejos junto al fuego
asando carne
A su lado
una especie
de muñeca rusa
fuma y pica
una cebolla
A la sombra
del catalpa
las mujeres
canturrean
lo que
suena a Charlotte Gainsbourg
y que
invoca a las abejas en las flores
Puede que no
sea más que el ahogo
nadar un
viernes por la tarde
No es tener
ningún tesoro
un aguacate
una tostada
y una silla
imaginar que
no está lejos
otro día :
Cuando el
aire que refresque
no sea el
grito
que se
entraña en la ceniza
a través de
las montañas
Omar Alej.
Comentarios