Lo que más quiero.

“Tus hermanos han olvidado el modo de construirlas. ¿Y qué importa si hay una reproducción en plástico de tu pequeño cuerpo en el salpicadero de cualquier taxi de Montreal? Eso no tiene por qué ser malo. El amor no se puede acaparar. ¿Hay algo de Jesús en cada crucifijo? Yo creo que sí. ¡El deseo transforma al mundo!” 

Los hermosos vencidos. Leonard Cohen. 



Hubo un tiempo desde el cual

pensaba en ser el que atestigua  

que vacía es la esperanza

Presumía de saber que en el final

se encuentra el fin

Fantaseaba con probar mi último trago

Vendría lo oscuro y brindaría por el fuego

que ahora avanza

Pero no

lo que más quiero nace acá :

 

Entablar en lo que veo la pregunta

qué es poesía y qué es la muerte

Ir a la calle a devolverme con el viento

los caminos y las otras tempestades

por cruzar sin saber como

Ser amable

y las pistas del recuerdo en el presente 

ser sembradas con ternura

 

Lo que más quiero nace acá  

y no es revancha  

el manto negro de la nada

Veo el sol y es su calor lo que me aguarda

horizonte que persigo

como a un canto de sirenas sigue el curso

de las naves en los sueños de una ola constelada

Las laderas de los montes  

la moneda en el sorteo de los días por venir

 

Ya no exalto aquel hastío

me convence el canto fresco de la brisa

en un beso en la cabina y el amor sobre la mesa

Llevar con fortaleza

el peso duro seco y frío de perder

al continuar por el espíritu del río

y el amor

 

Mi vergüenza una canción

el sabor de las palabras al hablar

con los amigos que se fueron

de su sombra en los amigos que me quedan

Seguir dando si es que he dado

Si no he sido persistir hasta que sea

Dar por suyo al que se guarda y se contempla

Dejarme ir sin esperar por ningún dios

que no sea libre

Continuar diciendo no

a los que no dicen que sí a lo ridículo que es todo

 

Lo que más quiero nace acá  

pero se pudre algo en nosotros  

Nos tomamos tan en serio en un reflejo

y de pronto ya ni en broma hacemos gracia

Qué cansado es descansar sintiendo pocas

las farolas que insisten en la belleza  

Es que estar ante el inicio 

bebiendo el primer sorbo

del primer ron de la tarde

es lo que más quiero

Nace acá

al mundo andar y no acabarse

 

Omar Alej 


Comentarios

Anónimo dijo…
Aquel viernes de aquella tarde en donde se escriben tus versos, te soñé y fue como entrar en un bosque esperando una muerte verde y sentir el frescor de las hojas al quebrarse por el viento.

Casi siempre hay una chica en los sueños donde me acompañas, hermosa y curiosa va de ti a mi y viceversa pero tú y yo casi no cubrimos escenario; ahora que estuviste tan cerca te hice preguntas que ahora no recuerdo...

Bellas son la grietas de la memoria, que gotean palabras y recuerdos apretados brotan como trébol de tres hojas.

Que hay amor en la luna llena no se duda; que hay belleza en la muerte de la luna cada ciclo es espacial... ¿por qué los colores del resplandor se pierden en el descubrir de la luz? Poesía y muerte y viceversa.

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