Invierno del 96.
Allá, en esas mis
convicciones y mis universos
Vago y acierto
Fallo y caigo
Y me alegro de cosas
aunque no sean ciertas
Intimo. Andres Caicedo.
El mundo
estaba a penas
por adentro
sinsentido
por afuera
absurdidad
y al
dibujar un autopase
la perspicaz
melancolía
de un gran
gol
que nadie
ve
La calle
era la entrada
a aquella
honda madrugada
Con la coca
en la puntilla de una llave
derivaba el
uno mismo
a ser de
otros que escapaban
muy a prisa
entre el
descuido de las luces
Nos plagaron
las derrotas
con los días de aventuras
descocidas
al roído en sus solapas
Los mitos
se suceden uno a otro
lo hacen
cerca y lo hacen lejos
Es así como
funciona caminar
y es así
como se cruza la distancia
Cuando el
día por la noche no hace nada
aun el vaho
en los cristales trae recuerdos
La luz en
los comercios ya cerrados
me devuelve
cara a cara con el chico de aquel año
en el que
fui junto a mi sombra
a lo más
hondo del amor
Aquel aire
sigue siendo lo más fresco
en la
mañana al despertar
Nos sabiamos perdidos
bajo todas
las preguntas
cuando sufres que las nubes fueran charcos
Nuestra
tribu era ir
con la
lluvia en el rostro
Nada hubiera
podido explicarnos
porque estábamos
marcados
en el mismo
devenir de las sirenas de ambulancias
El insomnio
no es insomnio
cuando el
ruido en tu interior
es el zumbido
en el oído
el estallido
de una bomba molotov
Nos juramos
estar juntos para siempre
con las ganas
de seguir sin tanto esfuerzo
pero hasta
el mar termina siendo
ya nada más
que pura sed
Así se
siente este café
estando lejos
Somos más
viejos que Scorsese al grabar
Si vuelvo a
ver esa película lo sé
las salidas
de mi barrio están bloqueadas
por un montón
de rocas de la gratitud
Omar Alej
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