Y sin embargo se mueve.
Quizá me dirán ustedes: “¿Estás seguro de que esta leyenda es la auténtica?”. ¿Qué importa lo que pueda ser la realidad situada fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y lo que soy?
Las ventanas. Charles
Baudelaire.
Pic by.- People Are Strange. |
Mi casa
empieza
en el
momento en el que cruzo
por la
calle dos poniente
y doy la
vuelta
Me
estaciono en el lugar
donde la
tierra ya se hundió
y no queda
pasto
solamente
una cuneta
dónde el
caucho de la rueda
empieza a
enfriarse
Al hacer
girar la llave
al abrir de
par en par
un solo
aliento
suena el
chillido
de un metal
contra el estrato
Lo primero
que veras es una mesa
y más allá
hay un cartel
del que yo
fuera alguna vez
pero después
ya no sabía para qué
alguien querría
ser poeta
Al lado
izquierdo hay una barra
y platos
sucios con hormigas
dando en
ellos un banquete
con los
restos de la cena
de año
viejo
En el vaso
de la cafetera
flota el
moho del desabasto
Tres envases
de cerveza
ahora vacíos
se abren
paso en una vista
sin costa ni
palmeras
Más adentro
queda el baño
una puerta
que parece
tan antigua
como el yodo
Al pasar al
interior
el azulejo
suda roña
ya consumido
por once
años de bafea
y la orina
de demonios
y de ángeles
borrachos
Tengo mesa
de trabajo
en la que
pienso
como hacer
para hacer
nada
Ahí discuto
con mis culpas
y fracasos
siempre pierdo
en el debate
y pago yo
los cigarrillos
Sé que hay
libros por ahí
pero aprendí
que si los leo
me abriré
y cuando se
abre un corazón
que está
cerrado
salen sueños
enterrados
a soñarte
por la espalda
Dos sillones
se pelean el espacio
sin rosarse
parecen los
pétalos que quedan
en una flor
deshojada
En las
paredes cuelgan cuadros
que al
mirarme me hacen ver
que el
horizonte
va cambiando
de lugar
porque hay
colores que me alegran
pero hay
dibujos
que delinean
mi tamaño
y soy
pequeño
Tan pequeño
como es un hombre simple
cuando el
sol le da en la cara
y aun asi yo
insisto en ver
lo que hay detrás
de ese calor
Mi casa
tiene dos habitaciones
La que al
fondo a la derecha
representa a
otra estación
es la de El
Niño
Él no vive
en esta casa
y la comparte
tantas veces
como pueda
compartirse
un colchón y
una cobija
con
exiliados y marinos
La otra
pieza es donde duermo
guarda el
paso de las horas acostado
escuchando una
canción
sobre personas
que se fueron
del lugar
donde nacieron
en un tren
para escapar
de no tener donde vivir
Hay millones
de migrantes en el aire
mientras duermo
y despierto
acorralado
por el pago
de la renta y las facturas
Mi casa es
un círculo oscilante
adentro es
afuera
y al salir
sigo por dentro
Me ha
tocado la epidermis de sus muros
Ese tacto
hace sanar
y hace
heridas
como todo
lo que es vivo
en esta
vida
Con
preguntas sin respuestas
con la duda
como ungüento
de profana
confusión
Laberinto
de crueldad y de ternura
en el que
pierdo
si me creo
que he encontrado
una salida
al laberinto del retorno
a la
intemperie
La ando con
pies sucios
rotos
con pisadas
que conducen hacia huellas
en la
espuma
Está quieta
mi casa
ya muy
lejos de la casa más cercana
Digo quieta
y sin
embargo se mueve
Omar Alej.
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