Ben Adam

Pero también el cielo,

arrugado y preciso como tu cazadora adolescente,

quiere estar entreabierto,

brillar recién amado,

descansando en la hierba el peso de su larga cabellera de nubes.

Diario cómplice. Luis Garcia Montero. 


Es cierto Señor

aún te busco

y todavía no te encuentro  

Se me quedó la tristeza de entonces

la que estaba en los ojos

de una hora herida girando

a contrarreloj

 

Nadie advierte que la paz

es un cielo al que nos lleva la tristeza

con la falta de pan y de peces

sirviendo la mesa

aun si un halo de color la espanta  

 

Como quien se sacude

el polvo que queda en las manos

después de apretar la madera

con ganas de salir volando

la tristeza regresa

 

Siente que es polvo en defensa  

para acompañarme  

dentro de lo oscuro que hemos llegado

siguiendo la cura

a un dolor tan profundo

como una cueva en el cielo

 

Aun no entiendo el daño

que se busca hacer al otro

siendo el otro una prueba de que hay vida

y no es poco

Así fue la niñez

que pasé pidiendo al sol con mi sudor

por cada calle avergonzada

ante la idea de las calles de Lisboa

Singapur Ciudad del Cabo o Jaipur

 

El complejo revestía con espinas

cada ráfaga de aire

y la brisa del mar de Cortés

se devolvía sin nosotros

al océano pacifico

Fuimos perlas que el futuro iba rompiendo

a dentelladas del desierto de Sonora

 

De entonces me quedó la tristeza

como traviesa pregunta

que por las noches me lleva el olvido

a dónde va la memoria

y no puedo quedarme

en la burbuja del sueño dormido  

porque me han crecido espolones

 

Cuando despierto lo hago sobre un polvorín

sin ventanas ni puertas

como aquella tristeza

No es esta la vida del hombre

que hizo un laberinto del mundo

Es solo un reflejo de triste tristeza

que hoy es también un motivo

para decir que aún te busco

Señor

 

Cuando la cruz del sur no brille más

sobre mi vaso frío de cerveza

cuando el río deje de ser inocente

y la corriente deje de ser culpable

solo entonces diré que de mí ya no hay más

que mi homenaje soy yo en estado seco

Lo sabes cuando has cambiado

el aire en tus pulmones

por el agua salada de las olas

y sin embargo respiras

Omar Alej


 

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