TRIADA DIALECTICA.

 Este es un primer libro, y en él ha escrito el autor sobre experiencias ahora lejanas y perdidas, pero que antaño fueron parte del tejido de su vida. Por consiguiente, si algún lector dijera que el libro es «autobiográfico», el autor no podría contestarle; a su entender; toda obra seria de ficción es autobiográfica, y así, por ejemplo, no es fácil imaginar una obra más autobiográfica que Los viajes de Gulliver.

El Ángel que nos mira (Al lector). Thomas Wolfe.  


Tesis

Nací sin estado ni gracia ni desgracia Neutral Ciudadano Abocado a la norma En algunas tumbas de aquel cementerio ponía que el difunto había sido una lluvia muy breve en un día soleado Yo me alegré con una triste alegría cuando atravesamos una lluvia muy fina que se quedó atrás porque el automóvil siguió hacia adelante Hacia excesivo calor y aun lo hace En aquella ciudad el calor es un arma contra muchas de las cosas que llegan de cualquier otra parte Me enseñaron a tener sueños que no produjeran en mi ninguna ansiedad Accesibles a cualquiera Me alimentaron con platillos típicos de ahí Es decir Con casi cualquier cosa que se pudiera masticar y tragar sin morir después Sé que fui un buen chico de los mandados Sabia donde conseguir lo necesario A la hora de la comida los refrescos Por la tarde las empanadas Corría por un parque con algunos otros chicos que entonces eran mis amigos Perseguíamos pelotas proyectadas a través de nuestros pies y nuestras manos Las mujeres me parecían más parecidas a mí que los hombres y yo no entendía nada pero no preguntaba Me habían dicho que preguntar era molesto y las respuestas dolorosas La gente guardaba una imagen que no fuera notoria Las salidas de tono estaban reservadas para nichos concretos a los que yo no pertenecía Había más chicos sin padre pero no los recuerdo aunque recuerdo la primera cosa que quise olvidar Sé que fui educado en el deber gratitud por ser propiedad de ese sitio

 

Antítesis

No podía continuar El ambiente era denso Intentaba seguir estando pero era como leer un cuento mutilado entre oraciones con los restos superpuestos Las calles se cerraban como en ningún otro sitio vi cerrarse una calle Sin origen y sin continuidad No es que fuera un lugar menor Aún conservo el color en la piel que me produjo el desierto Sin embargo el primer golpe desencadenó una guerra que batalla a batalla iba componiendo un boleto de ida Lo que había de decir no fue por tener algo que decir Lo que había de decir fue por mandar a callar a los que tanto hablaban de cosas que no me reconocían Yo no era invisible Lo sabía porque al verme al espejo tenía la cara rota Mi belleza no cedió Me tomó por el cuello y me ahogó hasta que en mi desmayo pude saber del aire que se respiraba cruzando la puerta Aquella felicidad fue infeliz pues tenía que ocultar mi melancolía Le di la espalda al calor y el calor aún me culpa Con las treinta monedas de mi traición entré en una tienda de abrigos Me compré el que más pareciera una de las alas de Baudelaire Disfrazado de hombre libre empezaría por andar en el carnaval de mi propio naufragio Ya no vuelvo la vista hacia atrás Si alguna vez he pensado en volver lo descarto avanzando Vuelvo abrir puertas extrañas y me vuelvo a escapar antes de que el sol me descare

 

Síntesis

No he llegado a vivir todavía Eso es algo que subraya la languidez con la que ocupo mi cama y me echo a pensar sobre Hegel No he encontrado esa isla de la cual me caí cuando desperté treinta años atrás Uno no escribí así como yo pensándose que llegó a ser uno mismo Para que estás palabras concuerden conmigo la inmensa emoción de llorar al dejarlas salir fue necesario abrazar lo que pasó con lo que está por pasar Nunca podré decir que me fui más de una vez A cada sitio que voy sigue siendo el umbral de mi huida Ahora me llaman las formas que se producen con viento Mañana será el bajo sonido de una ciudad con gente hablando de todas esas cosas que yo nunca hablé en un idioma extranjero Ayer me bastó con creer que Shangri-La me esperaba Sí He secado la fuente que espera por agua en medio del abismo y convertir el vacío en una oscura laguna Sí Soy yo quien roba el agua helada de los ríos para mojar los cabellos transparentes de su confusión pero ninguna cosa se debe a si misma Así como el lujo es vulgaridad incluso mis nervios entrañas huesos y órganos son la materia con la sigo fracasando al intentar robarle a Leonard Cohen el Jesús del que hace un hombre en la canción de Suzanne Entonces bien No me molesta nada más que cuando hiero con mi voluntad la voluntad de la vida Si se mira se puede ver Para el que escribe soy la palabra Sin ningún sitio

Omar Alej. 



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