Un tipo normal.
Pronto los hombres volarán como pájaros, nadarán como peces, verán el futuro como los profestas, vivirán en una paz eterna, y en perfecta armonía construirán rascacielos que llegarán hasta las estrellas.
Job. Joseph Roth.
No sabía
por qué lo amaba.
Se sentaba
a ver las cosas de la calle
que seguían
imbatibles a pesar de que la noche ya no era
y de que el
día regresaba de otra forma.
De los
restos de otras vidas discutía con el fuego
agilidad.
No sabía.
Nunca nadie
le contó
lo que sería…
En el río
en los
veranos
siguen peces
a través de la corriente
que se
anuda con el mar
se sala y
vuelve
como gotas
de una lluvia
sin haber
sido estrenada.
Eso es más
que suficiente,
para amarse
a la intemperie;
pero a él ¿por
qué lo amaba?
¿Qué podría
haber en él que disculpara
que no
fuera ni locura ni revuelta?
Sabía poco
lo que daba
porque es
poco si uno sabe a ciencia cierta lo que da.
Se apuraba
y no quería llegar tarde,
si tan solo
no anduviera en dos piernas como todos.
Se hizo así,
medio
pregunta y solo a medias.
Se quería desmarcar
de sus intrigas.
Sin embargo
el mundo
cerca
lo tenía condenado
a no tener lo que el volcán
lo que el
abismo.
Tenía por
dentro corazón y dos pulmones.
No le
faltaban las pupilas ni el olor de la razones,
para echarse
largas siestas;
pero nada que
pudiera presumir
con el
orgullo de tener lo que más nadie.
No sabía
por qué lo amaba
porque al
verse en el espejo
un relámpago
roto lo cruzaba.
Omar Alej.
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