Pirómana Rebelada.

Te pido la felicidad tuya y te pido la mía, mientras todavía seamos capaces de conocerla. Cartas a la Madre. Charles Baudelaire. Quemó las cortinas que le impedían dibujarse en el entrevés de la ventana en los pájaros cantores de plumas impermeables en las hiedras sobre las bardas de ladrillos exaltados ¡ Como era viento ! con los gatos de la noche levitando a las preguntas con maullidos del desierto en su código genético Y sin más fuerza que las fuerzas de la tierra quemó cuestiones que ni ángeles ni diablos se podían cuestionar porque no sangran Y quemó más Había un hilo conductor entre ella y los apellidos Entre ella y los soles en las pieles de esas gentes Pero su propia piel queriendo sombra y humedad de las brisas matutinas en los bosques se contó de las historias de caminos Entonces quemó su cuota de pan su dosis de olvido su registro de nacimiento y su historia...